El Gran Premio de México de 1990 es una de esas carreras que se recuerdan tanto por el resultado en pista como por lo vivido durante la carrera. Como sexta cita del campeonato, la carrera del Autódromo Hermanos Rodríguez quedaba situada en un momento clave. Con un Ayrton Senna que contaba con 31 puntos por 19 de Gerhard Berger y 14 de Alain Prost -¡y 13 de Jean Alesi!-, para Ferrari era importante reaccionar si querían poder batallar con McLaren en la lucha por los títulos de pilotos y de constructores. El golpe de efecto llegó de la forma más ideal imaginable y tomó por sorpresa a los británicos.
Para sorpresa general, la pole position acabó en manos de un especialmente inspirado Gerhard Berger, casi tres décimas por delante de Riccardo Patrese, mientras Ayrton Senna tenía que conformarse con un tercer puesto. A su lado, Nigel Mansell era el primer Ferrari en pista, con Alain Prost en una decepcionante décimo tercera posición. Algunas de las demás sorpresas en la parrilla incluían ver a Jean Alesi sexto con el Tyrrell y Pierluigi Martini séptimo con el Minardi, aprovechándose de los neumáticos Pirelli que rendían sorprendentemente bien en un circuito no urbano.
En la salida, Patrese partió inicialmente mejor que nadie y tomó la delantera, con Senna, Berger y Boutsen justo por detrás. Al italiano le duró poco la alegría y en la segunda vuelta el astro de McLaren adelantó al piloto de Williams-Renault, llevándose a Berger con él. Mientras los McLaren se escapaban en cabeza, Prost inició su remontada y empezó a recuperar posiciones. Por su parte, Nelson Piquet hizo gala de su buen rendimiento en carrera y escaló hasta la tercera posición. Pero la presión de Mansell se hizo notar y al final el británico fue capaz de adelantar a su antiguo compañero de equipo.
Mientras tanto, Berger había parado a boxes muy pronto, en la vuelta 13, para cambiar los neumáticos. Esto dejaba a Mansell segundo y con solo Senna por delante. Pero el protagonista de la carrera no estaba siendo otro que Alain Prost. El piloto francés, campeón en título y gran esperanza de Ferrari, solo había ganado en Interlagos en las cinco carreras que llevaba en el equipo italiano y empezaba a sentir la presión. Pero con un monoplaza que se había adaptado a las mil maravillas al trazado azteca, estaba demostrando un ritmo espectacular e iba subiendo posiciones sin parar.
Al final Prost alcanzó a su compañero de equipo y le rebasó sin demasiada oposición, lanzándose entonces a por el líder de carrera, un Ayrton Senna que había optado por no cambiar sus neumáticos y esperar que estos aguantaran hasta el final. El estado de las gomas era considerablemente peor en el caso de Senna que en el de Prost y tras marcar la vuelta rápida de la carrera en la vuelta 58, dos giros más tarde el francés adelantó sin dificultades a su eterno rival y tomó la cabeza del gran premio. A pesar de tener peor ritmo y ser adelantado por Mansell, Senna habría podido ser tercero pero México aún tenía sorpresas guardadas.
A seis vueltas del final, el neumático posterior derecho del McLaren número 27 explotó, poniendo punto final a la carrera de su piloto. Mientras tanto, la reacción llegó por parte de Berger, presionando a Mansell y buscando evitar el doblete de Ferrari en México. Parecía que Berger lo tenía hecho, al realizar un adelantamiento agresivo sobre su antiguo compañero de equipo y dejarle descolocado a falta de poco más de una vuelta para el final. Pero si por algo es conocido Mansell, es por su capacidad de sorprender tanto a sus rivales como a su propio equipo y evidentemente, los aficionados.
Así, el británico realizó una última vuelta espectacular, recortando la ligera ventaja obtenida por Berger, hasta estar debajo del alerón trasero del McLaren justo antes de la última curva. Encendido y oliendo un segundo puesto que era suyo apenas unos kilómetros antes, Mansell se lanzó por el exterior de Berger en la Parabólica, completando un movimiento hoy en día legendario que además de valerle el segundo puesto en el Gran Premio de México por delante de Berger también le ha valido que la zona de la Parabólica usada hoy en la Fórmula 1 sea conocida como Curva Mansell.
Por delante, Alain Prost obtuvo una importante victoria que le metía de nuevo en la lucha por el título al pasar a tener 23 puntos por 31 de Ayrton Senna, que se llevó un decepcionante cero de México. También Berger llegaría a la siguiente carrera con 23 puntos, mostrando un Campeonato del Mundo especialmente igualado. Tras Prost, Mansell y Berger, la zona de puntos la completaron Alessandro Nannini, Thierry Boutsen y Nelson Piquet, pilotando para los otros dos equipos más competitivos de la temporada, Benetton -Nannini y Piquet- y Williams -Boutsen-.
Para Alain Prost y Ferrari, la victoria del francés y el doblete de la escuadra eran especialmente importantes, teniendo en cuenta que las siguientes carreras eran en circuitos rápidos donde la mayor potencia del motor V12 del Ferrari debería ayudar a que el equipo pudiera poner en marcha su contraataque. Pasado el primer tercio de mundial, las opciones estaban aún abiertas pero cuando se lucha con Ayrton Senna y McLaren Honda, jamás se puede dar nada por sentado…
