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Lo llaman GTE y no lo es

Al hilo de una discusión entre fieles lectores de Diariomotor Competición bajo la crónica de las 6 Horas de Shanghái creo que no está de más abrir a todo el mundo un debate tan interesante como este. Nos las prometíamos muy felices con el nuevo reglamento GTE y el regreso del Ford GT a la competición, pero cada vez son mayores las dudas sobre la idoneidad de unos coche que de GT sólo tienen el aspecto. Un poco como considerar turismos al DTM actual. Pero centremos el tiro.

Actualmente hay cinco fabricantes y medio implicados en el reglamento GTE: Ferrari, Porsche, Corvette, Aston Martin y Ford, más BMW que sólo compite en Estados Unidos al menos hasta que se ponga toda la carne en el asador en 2018 con vistas a un asalto a Le Mans. La lógica indicaría que con tanta marca las luchas deberían ser espectaculares. Pero ya la última edición de las 24 horas de Le Mans dejó un regusto amargo a todos los aficionados.

Antes de la carrera hubo polémica por la tremenda ventaja de los nuevos GTE con motor turbo de Ford y Ferrari al arrasar en clasificación. Se quiso achacar a un tema de presión del turbo y condiciones atmosféricas pero ni retocando este aspecto y la Balance of Performance se evitó un duelo que aunque evocara tiempos pasados excluyó de la lucha por la victoria al resto de marcas.

Y encima terminó ganando Ford. Espectacular en términos de marketing y de leyenda para la marca y la carrera, pero difícilmente justificable. Si GTE es supuestamente una categoría basada en vehículos de serie, ¿cómo es posible que gane Le Mans un coche que aunque presentado y a la venta aún no ha sido entregado a ningún cliente? La situación va camino de ser aún más risible con el nuevo 911 con motor central que Porsche parece que nos tiene preparado para 2017. Por otro lado tenemos a una Aston Martin que, totalmente dependiente de la Balance of Performance, ha conseguido que un coche con casi diez años de antigüedad y dos cambios de normativa técnica de por medio siga siendo competitivo frente a máquinas ideadas ex profeso para este nuevo reglamento. Y no les va mal: Nicki Thiim y Marco Sorensen siguen líderes del Mundial de Resistencia a falta de la cita de Bahréin.

Se puede decir que los grandes perdedores son Ferrari y Corvette. AF Corse ya ha amenazado con centrarse en los GT3 tras sufrir un cambio de presiones del turbo en pleno fin de semana de las 6 Horas de Shanghái, mientras que el fabricante estadounidense es probablemente quien cuenta con la mejor estructura, especialmente en carreras largas, pero ha visto sistemáticamente cómo tras dominar Daytona y Sebring estos años su rendimiento desaparecía en Le Mans y la recta final del certamen IMSA. Cierto es que ya preparan un nuevo Corvette de calle que no reconocerán ni en Detroit, pero para eso probablemente les quede un añito de sufrimiento en 2017.

¿Llegará viva y sana la categoría para el estreno del C8.R y el nuevo GTE de BMW? O quizá somos unos exagerados y deberíamos disfrutar de que hasta cinco parejas estén en disposición de ganar el título en la última carrera del WEC 2016.

Foto | Michelin

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Eloy Entrambasaguas

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