A medida que llegan los finales de temporada, para los equipos que sufren con sus evoluciones las últimas carreras se convierten en un martirio en el que poco más se puede hacer que sufrir. Cuando hay un cambio de normativas la situación se complica y si como es el caso con Toro Rosso, hay un cambio de motor programado para la temporada siguiente, los esfuerzos rápidamente se diluyen y se transfieren hacia el futuro. Eso explica las dificultades de Carlos Sainz, sufriendo en la Q2 mientras que Fernando Alonso volvió a sorprender con una nueva entrada en la Q3.
La Q1 siguió el patrón habitual con los Manor y los Sauber sin opciones de pasar a la segunda parte mientras los Renault estaban en el límite y finalmente Jolyon Palmer consiguió mandar a Jenson Button para casa antes de lo esperado. El mal resultado del británico no hacía presagiar nada especialmente bueno para Fernando Alonso en una Q2 complicada con mucha igualdad y con una teórica presencia de cinco equipos con sus dos coches en la Q3 más que esperable.
Afortunadamente para el asturiano, los Williams se deshincharon en la Q2 y con ambos fuera de la parte final de la sesión clasificatoria quedaron disponibles dos huecos para pilotos en teoría inesperados… aunque para optar a ellos había que marcar un tiempo por vuelta a la altura de las circunstancias. Fernando Alonso no quiso dejar pasar la oportunidad y marcó un registro que le permitió situarse en entonces séptima posición, entrando a la Q3 junto con Romain Grosjean. Finalmente, el asturiano «solo» pudo ser décimo tras marcar el tiempo más lento en los últimos doce minutos.
Algo más complicada fue la sesión clasificatoria de Carlos Sainz, con una evidente falta de ritmo por parte de los Toro Rosso que dejó a sus pilotos en décimo cuarta y décimo quinta posición. Desafortunadamente para el madrileño, en esta ocasión fue superado por dos décimas por Daniil Kvyat. Para mañana, ambos españoles buscarán puntuar, siempre con un ojo en el cielo puesto que el clima en Interlagos podría acabar siendo clave en la lucha por la esperada recompensa.
