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Carlos Sainz y Fernando Alonso puntúan en el día de "lo que pudo haber sido"

Si el día de ayer y olvidándose del clima les hubieran dicho a Carlos Sainz y Fernando Alonso que terminarían la carrera en sexta y décima posición respectivamente, lo habrían firmado sin dudarlo ni un instante. Pero aún así y tras vivir la carrera más loca de 2016, la sensación que queda es la de oportunidades perdidas aún con la gran actuación de ambos en un Gran Premio de Brasil pasado por agua y con todo tipo de situaciones y obstáculos estratégicos.

La carrera empezó con un Fernando Alonso que ganaba una posición por el accidente de Romain Grosjean antes de tomar la salida. El asturiano llegó a subir hasta la octava posición antes de sufrir un trompo en la vuelta en la que entró a boxes para realizar su primera parada y cambio de neumáticos, pasando de los de lluvia extrema a los intermedios. El error de Alonso era uno de tantos, que con la primera interrupción de la carrera, dejaba a Carlos Sainz en octavo puesto.

La bandera roja llegó aún en mejor momento para el madrileño, puesto que sin haber parado y con todos los pilotos estando obligados a salir a pista con neumáticos de lluvia extrema, había recibido un «regalo» por parte de dirección de carrera. Un muy buen regalo, claro está, pero hay que saber aprovecharlo y no dejarse adelantar al quedarse sin ritmo como les sucedió a los dos pilotos del equipo Manor. Con un Toro Rosso al que le desaparecían las carencias bajo el agua, Sainz fue subiendo hasta llegar a ser cuarto.

Alonso, sexto, buscaba subir posiciones y quien sabe si incluso alcanzar a su compatriota y de nuevo volver a disfrutar una lucha con la que quienes más disfrutaron fueron los espectadores. En su lugar se encontró con un Sebastian Vettel con quien mantuvieron explicaciones algo más duras y menos alegres. Finalmente, en la última resalida la traicionera pista de Interlagos pegó el segundo mordisco y Alonso cayó hasta la décimo séptima posición. Consiguió recuperar hasta ser décimo en los últimos giros, algo que parecía imposible tras cometer el error. Pudo haber sido más de no haber sufrido los dos trompos.

Como también Sainz pudo optar al podio… pero con unos neumáticos exageradamente viejos, fue imposible defenderse de los ataques de Sebastian Vettel, obviando que a Max Verstappen el madrileño siempre le iba a dejar pasar -y si no lo hacía, el holandés le hubiera pasado encima como un torbellino, con el ritmo que traía-. Aún así, Sainz consiguió una meritoria sexta posición final aguantando en las últimas vueltas a Nico Hülkenberg. Sí, puede que Sainz y Alonso hubieran podido sacar más en el día de hoy, pero por lo menos se lucieron.

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