No voy a engañar a nadie si digo que tengo mucha curiosidad por ver qué nos deparará otro de esos campeonatos eco-friendly que se están acuñando durante los últimos años. No será la primera vez que veamos en competición a un Tesla Model S, ya corrió la última edición de la Subida a Pikes Peak, sin embargo, sí será la primera ocasión en la que lo tengamos dentro de un circuito, compitiendo puerta con puerta con otra decena de coches idénticos.
A falta de conocer más detalles, especialmente los pilotos que competirán en estas series y si el formato de carreras funciona, las cifras son convincentes, más cuando hablamos de que está tonelada y media de vehículo eléctrico es capaz de catapultarse aprovechando los neumáticos slicks de Pirelli y el impresionante par, marcando un 0 a 100 km/h en poco más de 3 segundos, algo reservado a un grupo muy reducido de vehículos de competición.
Sin embargo, hasta que debute, esto seguirá siendo un campeonato con la buena prensa (generalista en su mayoría) de ser una categoría respetuosa con el medioambiente, circuitos de ‘primera división’, un grupo de pilotos/embajadores y todo el bombo que siempre rodea a la Apple de los coches. Ahora es el turno de que haga honor a todas las esperanzas que han puesto los defensores de este tipo de propulsión en él.