La semana pasada nos tomamos la libertad de analizar la situación tanto de la GP2 y su papel dentro del mundo de las carreras como de la de los pilotos que compitieron allí en 2016. Como telonera de lujo de la Fórmula 1 en la mitad de grandes premios del mundial, su posición teórica es inmejorable y a pesar de eso no goza del éxito que cabría esperar. ¿Qué pasa entonces con la GP3? Supeditada al éxito y funcionamiento de la GP2, su lugar es aún más complicado y en cierta forma parece como si compitiera con todo el mundo y con nadie al mismo tiempo. Un lugar extraño en la pirámide del automovilismo.
Ante todo, hay que tener en cuenta que se trata de un certamen joven, puesto que nació en 2010 con la idea de apoyar un sistema de tres categorías -tras la Fórmula 1 y la GP2- parecido al del mundial de motociclismo, replicando en gran medida el sistema de trabajo de su hermana mayor, la GP2 Series. Dirigido por el mismo grupo y personal, si esta última competición había funcionado bien, la nueva debía hacerlo también. En cierta forma podría decirse que así ha sido ya que cuatro de sus seis primeros campeones estuvieron en la parrilla de salida de la Fórmula 1 en 2016, estando los otros dos en la GP2 ganando carreras.
Pero cuando uno se hace el planteamiento adecuado, rápidamente se da cuenta que el campeonato no ha acabado de encontrar su sitio. En muchos casos, la GP3 alberga a pilotos que provienen de la Fórmula 3 y les sirve de puente para llegar a la GP2 o destacar y ser fichados por algún equipo de Fórmula 1 como fue el caso de Daniil Kvyat. Pero en 2016 también estuvo Nyck de Vries, proveniente de la Fórmula Renault 3.5 que se supone que está por encima. Esto hace que la GP3 acabe recibiendo varios pilotos de campeonatos con los que hasta cierto punto está compitiendo.
De la misma forma, pilotos de Fórmula 3 y Fórmula Renault 3.5 -o Fórmula V8 3.5, como se conoce hoy en día- suben directamente a la GP2, saltándose la GP3. Esto hace que varios de los pilotos que llegan a esta última lo hagan tras no acabar de destacar en los anteriormente mencionados certámenes. ¡Pero no solo esto! También han llegado típicamente a la GP3 los mejores pilotos de la Euroformula Open, añadiendo otro punto más de variabilidad al certamen. En cuanto a los pilotos que salen de la GP3, sus destinos son variados tal y como puede esperarse de una categoría que aún anda lejos de la Fórmula 1.
No es extraño ver a pilotos que llegan hasta la GP3 para luego desaparecer en el olvido o terminar compitiendo en carreras de GT’s o resistencia aunque los más competitivos suelen subir a la GP2 o incluso a la Fórmula 1, como se ha visto en el pasado. En el caso de la temporada 2016, la mayoría de pilotos de la zona alta subirán al campeonato con el que comparten paddock. Los tres primeros clasificados de la general estarán en la GP2 el próximo año, con un Jake Dennis -cuarto- que podría subir también. Buena parte de los pilotos debería mantenerse en la GP3 aunque seguro que habrá víctimas en el periodo invernal.
Y como es habitual, la próxima temporada recibirá una nueva hornada de jóvenes talentos provenientes del increible número de categorías que han servido de antesala de la GP3. En 2016 fueron los campeonatos europeo y japonés de Fórmula 3, la Euroformula Open, la Fórmula Renault 3.5, Fórmula Renault 2.0 y hasta Fórmula 4. ¿Llegará alguno de ellos a la Fórmula 1? El campeonato ha demostrado ser un buen lugar para aprender así que estamos seguros que sí. Pero veremos qué caminos toman los demás, que la GP3 es un lugar la mar de curioso. Habrá que ver cómo evoluciona en los próximos años, en comparación con una Fórmula 3 que está claramente en alza.