Después de que Mercedes haya dejado claro que no anunciará su nuevo piloto hasta 2017 y que el resto de equipos estén lógicamente a la expectativa de esa decisión, es normal que la prensa necesite de otros temas con los que cubrir la actualidad. Por ello no sorprende que una vez más se hable de capar los presupuestos de los equipos de Fórmula 1, citando fuentes anónimas procedentes de los nuevos propietarios del campeonato, Liberty Media, al diario británico Telegraph.
La idea por supuesto que es interesante, pero como la propia fuente dentro de Liberty Media admite, «el mayor cambio debe ser cultural. Ahora mismo nadie se fía de nadie». Pero es que es lógico. Si uno piensa en las grandes competiciones deportivas mundiales que han implementado topes presupuestarios (o salariales), suelen tener particularidades que no encontramos en Fórmula 1: o los equipos son en gran parte propiedad de un único ente (NBA, NFL) o los equipos son propietarios de la liga (ligas de fútbol).
Si no se cumplen ninguna de esas premisas, un control serio de los presupuestos es muy complicado de aplicar más allá de un simple pacto de caballeros. Es muy complicado diferenciar a Red Bull, de Red Bull Racing o Red Bull Technologies o a Mercedes-Benz, de Mercedes AMG, Mercedes AMG HPP. Ya lo comprobamos con el fallido RRA o acuerdo sobre restricción de recursos.
Pero además aquí habría que hablar de también de un problema de credibilidad. En el remoto caso de que se lograra probar un incumplimiento del tope presupuestario, ¿qué castigo se podría imponer y cuándo? ¿De verdad pueden la FIA o la FOM imponer una multa lo suficientemente importante como para disuadir a cualquier equipo de hacer trampas? ¿O se atreverán a quitar campeonatos meses o incluso años después de su finalización?
Vía | Telegraph
Foto | Red Bull Content Pool
