A lo largo de la historia de las categorías «júnior» del automovilismo, la Fórmula 3 ha gozado casi siempre de un estatus glorificado y triunfar allí ha sido garantía para la Fórmula 1 en un elevado número de veces -obviando aquellos casos en los que se ha saltado directamente a la categoría reina-. A diferencia de la GP2 y la GP3, que en los últimos años han estado sufriendo relativamente, la Fórmula 3 ha subido de nivel. Su cambio coincide -aunque para nada es una coincidencia- con la fuerte apuesta por parte de la FIA por este campeonato y ese punto es crucial.
Ganar el certamen europeo de Fórmula 3 entrega 40 puntos de Superlicencia de la FIA para la Fórmula 1: los necesarios para obtenerla sin pensar en otros resultados en años anteriores. Este movimiento por parte del organismo internacional dejó clara la postura con respecto a un campeonato que necesitaba recuperarse pero que curiosamente lo ha hecho a costa de otros más establecidos. La GP2 y la GP3 no acaban de encontrar su sitio y la Fórmula Renault 3.5 tuvo que reconvertirse por completo, perdiendo apoyos y pilotos de calidad en el proceso.
Así, la Fórmula 3 ha brillado donde otros campeonatos han «pringado». Es difícil de decir algo así cuando en 2016 ha habido apenas una veintena de pilotos en pista por los más de treinta en 2015. Muchas carreras y programas caros… pero resultones, en caso de estar arriba. Los futuros de los pilotos que han destacado este 2016 pero también en años anteriores no hacen más que demostrarlo, comenzando por las subidas meteóricas de Max Verstappen, Esteban Ocon -aunque este tuvo que ganar también la GP3- y Lance Stroll. Mientras tanto, otros están cerca de la Fórmula 1 o tienen carreras bien encaminadas.
¿Qué hay de los hombres de 2016, entonces? Maximilian Günther es un prospecto interesante y podría estar asociado con alguna marca del DTM y tiene opciones de seguir desarrollándose en la Fórmula 3. Por su parte, George Russell parece dispuesto a saltar a la GP3 para probar algo nuevo y luchar por el título. Nick Cassidy debería concentrarse en su trabajo en Japón, tras un año que usó básicamente para mantenerse en activo en monoplazas. Seguirá en el Super GT como piloto oficial de Toyota y podría competir en la Super Fórmula. Esto deja a Joel Eriksson, Callum Ilott y Ralf Aron como tres grandes candidatos para 2017.
Mientras tanto, Sérgio Sette Câmara y Niko Kari realizarán el «cruce» y saltarán a la GP2 y GP3 respectivamente, aunque sobre todo en el caso del primero su elección de equipo debería ponerle las cosas difíciles. Esto pondrá a pilotos de zona media como son Guan Yu Zhou, Pedro Piquet o Harrison Newey en una posición en la que lo tienen todo de cara para destacar y demostrar que tienen el talento para escalar incluso sin llevarse el título. Gente como Max Verstappen en 2014 o Antonio Giovinazzi en 2015 demostraron que llevarse el mayor éxito no es una necesidad imperiosa para seguir avanzando.
Pero uno de los puntos más interesantes será el de ver cómo funcionan los nuevos reclutas para la temporada 2017. Mick Schumacher será el más mediático esperando al anuncio oficial como piloto de Prema, pero habrá otros a quienes haríamos bien en prestar atención. Jake Hughes -estuvo en la última cita del año con Carlin- competirá allí el próximo año, como también lo hará el «Golden Boy» Lando Norris. A día de hoy hay también confirmación sobre la llegada de un Ferdinand Habsburg que más allá de su linaje ha demostrado ser un piloto capaz. En la Fórmula 3 europea tendrá un lugar ideal para demostrar si es capaz de gestas mayores.
Otro campeonato de esta clase que está creciendo en los últimos años es el japonés. Hace años los pilotos de allí apenas salían para Europa pero con el desembarco de Honda en la Fórmula 1 y la ampliación de los programas de Nissan y Toyota, algunos de sus mejores talentos se han abierto al mundo. Jóvenes como Ryo Hirakawa, Nobuharu Matsushita, Mitsunori Takaboshi o Nirei Fukuzumi han tenido papeles destacados en sus respectivos certámenes, ganando carreras y subiéndose al podio. Otros como Kenta Yamashita han destacado en Macao y hasta Lucas Ordóñez el año pasado y Jann Mardenborough este corrieron allí… Los jóvenes nipones suben con fuerza.
Por otra parte, la Fórmula 3 ha vivido a menudo de las leyendas de antaño. ¿Cuantas veces hemos oído sobre lo útil que es ganar el Gran Premio de Macao de Fórmula 3 para llegar a la Fórmula 1? Pues solo dos vencedores -Lucas di Grassi y Takuma Sato- en los últimos veinte años han llegado a la categoría reina del automovilismo. El total es algo más amplio con once -aunque Enrico Bertaggia no logró clasificarse para ninguna carrera- en 34 años. De ellos, solo Ayrton Senna y Michael Schumacher han sido campeones del mundo. Difícil de justificar la leyenda, si nos paramos a pensarlo, ¿no?
Aún así, el magnetismo de la ciudad, del desafiante Circuito da Guía adorado por todos los pilotos que en él compiten y de las historias que allí se cuecen acaban manteniendo viva la chispa de una carrera que si nos ceñimos solo a sus resultados no es más relevante que cualquier otra cita de un certamen europeo. Bajo el nuevo nombre de FIA F3 World Cup, el evento debería brillar aún más y atraer más interés en futuras ediciones. A los europeos y japoneses deberían unírseles otros campeonatos además de los tradicionales pilotos que provienen de otros campeonatos… y la Fórmula 3 seguirá creciendo.