Los habituales del Dakar sabréis perfectamente cómo funciona y en qué momento se utiliza el Sentinel, quizás uno de los elementos de seguridad que más han aportado a las carreras de rally-raids desde su introducción el Dakar de 2005. Para resumirlo, este aparatito es algo así como el ángel de la guarda de los participantes de la prueba, una forma de hacer que te vean, tanto si vas por delante, como si llegas por detrás ‘cazando’.
El Sentinel es especialmente importante cuando motos, quads, coches y camiones comparten el mismo recorrido. Los pilotos más rápidos de las categorías que salen detrás suelen alcanzar muy pronto a los más rezagados en dos ruedas, lo que suele propiciar situaciones muy incomodas ya que coches y camiones ruedan a un gran ritmo. En el próximo Dakar, esto se producirá prácticamente en 11 de los 12 días de competición, ya que en todos ellos compartirán pista (siempre se intenta que no coincidan demasiado en pista).
El sistema (colocado en las motos sobre un soporte de aluminio, justo debajo de dónde se sitúa la torre con el roadbook) se acciona cuando el participante que llega por detrás del primer vehículo se encuentra a 200 metros del que le precede y este emite una señal sonora de 110 decibelios que te avisa de que estas a punto de ser adelantado o simplemente que un piloto llega por detrás más rápido. En el caso de no escuchar el sonido, en el cuadro de mandos se iluminará un testigo de 60 candelas de intensidad.
Los pilotos habitualmente están monitorizados a través del tracking, que indica la posición GPS en la que se encuentran todos los participantes y avisa de paradas anormalmente largas en las que la organización se pone en contacto con el posible accidentado para saber de primera mano que se encuentra bien. El Sentinel también permite que, pulsando dos botones, avisar a los competidores que te siguen que has sufrido un percance y que puede haber un vehículo obstaculizando el camino. Sin duda, uno de los grandes pasos adelante en materia de seguridad por parte de los raids.
