Imaginaros el silencio de un día de montaña, tranquilo, los pájaros cantan mientras buscas algún regalo de la diosa naturaleza en forma de seta o incluso castañas. De repente, amplificado por el eco de la montaña un sonido lejano. Un estruendo que se va haciendo poco a poco más estremecedor. ¿Qué es eso? ¿Por qué te causa al mismo tiempo una sensación de temor y a la vez te embriaga? Se trata del sonido del paraíso o lo más parecido a ello que tenemos dentro del automovilismo.
Durante muchos años, los GT’s de Ferrari han atronado los circuitos de medio mundo. Al igual que con los Grupo B, otras categorías como la Montaña le han abierto sus puertas a estos monstruos de las cuatro ruedas permitiéndonos ver cómo se mueve el V12 del 550 GT. Sólo permitidme robaros estos tres minutos de vuestra vida, os aseguro que me estaréis eternamente agradecido. Por cierto, si alguien quiere vivir esas sensaciones a las que hacía referencia anteriormente, en nuestro Nacional de Montaña, e incluso en el de nuestros vecinos los portugueses, hay verdaderas joyas compitiendo lejos de su hábitat natural.