Ya han pasado un par de días desde que Hayden Paddon y John Kennard escribieran sus nombres en las páginas de la historia del Mundial de Rallyes. No es fácil lograr una victoria en el WRC, y sino que se lo pregunten a los 75 que lo lograron anteriormente en los más de 40 años de historia del campeonato. Al neozelandés no le tembló el pulso, dando una vez más muestra de su solidez mental en momentos de presión y su trabajo previo a los tramos que lo han colocado como uno de los pilotos con mayor potencial del panorama actual.
Tras haber perdido casi medio minuto en las dos especiales anteriores y con algunos problemas con la caja de cambios en su Hyundai i20 WRC que le habían llevado a calar el motor en varias horquillas, Paddon era perfectamente consciente que todo pasaba por hacer el tramo de su vida en la segunda pasada por El Cóndor, lo más parecido a la Bombonera de Buenos Aires en versión automovilística. Las victorias no llegan por casualidad y tal vez el destino no estaba escrito de esa forma, lo único que queda claro es que Hayden estaba decidido a que el último domingo de abril de 2016 no iba a dejar escapar su primera victoria.