Mientras muchos esperamos que llegue ese día en que Ford anuncie oficialmente su regreso al Campeonato del Mundo de Rallyes, junto a M-Sport (más allá de su colaboración técnica actual con el equipo de Cumbria), hay que reconocer que siempre es muy interesante ver la parte técnica del nacimiento de un coche. Porque no siempre somos conscientes de todo el trabajo que hay detrás del diseño, creación y desarrollo de un coche de competición, esas oportunidades no se deben dejar pasar, especialmente cuando hablamos de un proyecto ganador como el emprendido el año pasado por Ford Performance.
Un coche nacido en apenas seis meses, el primero creado exprofeso para el RallyCross y no como una evolución ‘extrema’ de uno de sus World Rally Cars. Se puede hablar de riesgo cuando un proyecto pisa el asfalto sólo 12 días antes de su primera carrera en Montalegre y lo hace ni tan siquiera con su paquete aerodinámico definitivo. Detrás de las cámaras, un gran proceso que da como resultado tres victorias conseguidas por Andreas Bakkerud en 2016 (Noruega, Suecia y Argentina) y la continuidad de un proyecto que tiene como firme objetivo el de luchar por el título esta temporada que empieza en sólo unos días en el Circuit de Barcelona-Catalunya.