Cualquier aficionado a la Fórmula 1 conoce a Bernie Ecclestone por su faceta de hombre de negocios y figura dominante del campeonato del mundo, propietario de los derechos y esencialmente, «el jefe del cotarro». Pero no son tantos, quienes saben que el británico entró en el mundo de las carreras como tantos otros jóvenes, siendo piloto e incluso llegando a participar en un fin de semana de una prueba de Fórmula 1.
Sucedió en el Gran Premio de Mónaco de 1958, años después de la retirada de Ecclestone tras haber llegado a competir en Fórmula 3 en Gran Bretaña entre 1949 y 1951. Por aquel entonces Ecclestone era jefe de su propio equipo, usando antiguos Connaught con motor Alta. Los coches no eran demasiado competitivos y en el debut en Mónaco tanto Bruce Kessler como Paul Emery fueron demasiado lentos como para clasificarse.
Fue entonces, cuando Ecclestone -entonces mánager de Stuart Lewis-Evans, piloto de Vanwall- decidió bajar a Kessler y probar suerte él mismo. Algunas historias cuentan que el futuro ‘capo’ de la Fórmula 1 lo dio todo y no fue capaz de clasificarse, mientras que en otras el propio Ecclestone afirma que solo quería darse un paseo con su propio coche. El caso es que no se clasificó para la carrera y no tomó la salida. Meses más tarde quedó inscrito como reserva de su equipo en Silverstone pero no llegó a rodar. ¡Quien le ha visto y quien le ve!