La Fórmula 1 ha tenido siempre a pilotos de todo el mundo aunque algunas nacionalidades han tendido a ser más prolíficas que otras. Gran Bretaña e Italia son los países que más pilotos de la categoría reina han producido, aunque a nivel de campeones la balanza se decanta claramente a favor de los británicos ya que no hay un campeón italiano desde Alberto Ascari. En tiempos recientes, la ausencia de transalpinos en lo más alto generó un récord curioso que seguramente les gustaría bien poco a los italianos.
El mencionado récord es el de tiempo sin italianos en la Fórmula 1, con un total de cinco años consecutivos, lo nunca visto. Desde que Vitantonio Liuzzi cayó de HRT tras terminar 2011 y Jarno Trulli perdió su volante en Caterham durante la pretemporada de 2012, ningún piloto italiano disputó un solo Gran Premio entre 2012 y 2016. Cinco largos años sin que el paddock hablara italiano más allá de Ferrari y Toro Rosso, aunque Raffaele Marciello disputó entrenamientos libres con Sauber en 2015.
La racha llegó a su fin este fin de semana cuando Pascal Wehrlein anunció que no estaba en forma para disputar el Gran Premio de Australia y como resultado, Antonio Giovinazzi pudo debutar como piloto de carrera en la Fórmula 1. Aunque Wehrlein volviera a estar al volante del C36 en el Gran Premio de China -cosa que tampoco está clara-, la temporada 2017 servirá para terminar con la peor racha para los pilotos italianos en toda la historia de la Fórmula 1. Y ¿quien sabe? Puede que sea el inicio de una era con más satisfacciones.