La Fórmula 1 ha sido considerada siempre como el pináculo de la tecnología, el no va más de la competición automovilística pero incluso así en su día hubo soluciones alternativas menos glamurosas de lo esperable. Que se lo digan a Walter Wolf, que a finales de 1978 alineó un segundo coche para su equipo y tuvo que recurrir a una solución alternativa para poder cumplir con su piloto.
Bobby Rahal debutó en la Fórmula 1 con el segundo coche del equipo Wolf en el circuito de Watkins Glen, llegando a la línea de meta en duodécima posición. En el Gran Premio de Canadá se esperaba un resultado algo mejor pero el estadounidense sufrió un trompo durante los entrenamientos y dañó la parte inferior del monoplaza. Sin tiempo para repararlo de cara a la carrera, el equipo optó por recuperar un monoplaza obsoleto.
Aunque Wolf competía con los nuevos WR5, un hotel de Montreal tenía expuesta una unidad del WR1 de Jody Scheckter del año anterior. El equipo lo recuperó y tras el mantenimiento pertinente y el montaje del motor Cosworth, Rahal quedó listo para competir -hasta cierto punto-. Desafortunadamente problemas técnicos le dejaron fuera de carrera tras dieciséis vueltas. Un fin desafortunado para una historia que muestra las particularidades de otra época.