Seguimos en nuestra etapa de decoraciones en cuanto a las curiosidades de Fórmula 1 y si McLaren tiene historias con varios coches con colores poco habituales, también otros equipos lo han hecho en algún momento. Uno menos recordado de lo que debería es el Ligier JS39 que compitió en los grandes premios de Japón y Australia de 1993 con Martin Brundle al volante con una decoración diseñada por Hugo Pratt.
En una época en la que el patrocinio de tabaco aún no estaba prohibido, Ligier y la marca Gitanes decidieron probar algo nuevo para promocionarse de cara a las dos últimas citas de la temporada 1993. El acuerdo con el artista italiano Hugo Pratt -autor de la serie de cómics Corto Maltese- dio lugar a uno de los últimos «Art Car» en la categoría reina, pintándose además solo uno de los dos monoplazas.
Fue el de Martin Brundle el que lució los colores blanco, negro y dos tonos de azul característicos de Gitanes, junto a su reconocible logo y unas letras que solo se percibían como tal desde ciertos ángulos para indicar el nombre de la marca. El objetivo de que el JS39 de Brundle fuera mostrado en todas las revistas de automovilismo se cumplió y el punto del británico gracias a su sexto puesto en Adelaida fue una buena forma de cerrar el año.