El dorsal número 0 que Damon Hill lució en las temporadas de 1993 y 1994 de Fórmula 1 está entre algunos de los elementos más míticos de la historia de la categoría reina y aunque no a la altura del 27 de Gilles Villeneuve o el «Red Five» de Nigel Mansell, ciertamente es un dorsal muy recordado más allá de los dos años en que apareció en la carrocería del Williams del piloto británico. Pero en una ocasión, a alguien se le ocurrió llevar el asunto más allá y aprovechar el tirón que podía tener un dorsal tan curioso.
El origen del dorsal número 0 en el coche de Damon Hill tuvo el origen en un punto poco usado de la normativa. Por aquel entonces y hasta 2013, el campeón del mundo lucía por obligación el dorsal número 1 mientras que su compañero de equipo usaría el 2, independientemente de si el equipo había ganado el campeonato de constructores o si era la escuadra en la que el piloto había triunfado o había cambiado de aires. Rara era la ocasión en la que el campeón del mundo no estaba en pista al año siguiente de su éxito.
Lo que sucedió en 1993 fue que Nigel Mansell no renovó con Williams y se marchó a Estados Unidos para competir en la IndyCar, quedándose sin la posibilidad de correr con el codiciado número 1 y lo mismo sucedería con Alain Prost de cara a 1994 aunque en el caso del francés fue su retirada lo que dejó a la Fórmula 1 sin su número más icónico. La normativa decía que si el campeón no estaba en pista, el equipo con el que este había ganado se quedaría con el 0 y el 2, puesto que el 1 era asunto exclusivo del campeón.
El destino quiso que Damon Hill luciera el 0 en ambas temporadas y aún a día de hoy muchos aficionados y periodistas lo relacionan con él. El extraño uso de este dorsal vino en el Gran Premio de Brasil de 1994, la primera prueba del mundial. Tras un año de uso «normal» y viendo lo popular del extraño número en el frontal y el alerón trasero, en Renault decidieron darle una vuelta de tuerca al asunto y en Interlagos el primer Williams se presentó sin dorsal en el «morro».
¿Sin dorsal? No exactamente, puesto que en realidad lo que se hizo fue poner un bonito logo de Renault en lugar del 0, puesto que desde lejos parecía el número mientras que de cerca se descubría la jugada. Con esta curiosa decoración, Hill obtuvo el segundo puesto en la carrera por detrás de Michael Schumacher. Pero a la FIA no le pareció correcto y aunque en ambos lados del alerón trasero sí estaba el número de forma reglamentaria, consideraron que un logo de Renault no podía constituir un dorsal así que en la siguiente carrera en Okayama todo volvió a la normalidad.