La victoria de Vittorio Brambilla en el Gran Premio de Austria de 1975 es uno de esos momentos inolvidables de la historia de la Fórmula 1. Pero no tantos se acuerdan que la categoría reina tuvo a otro Brambilla. Se trata de Ernesto «Tino» Brambilla, hermano mayor de Vittorio y con mucho menos éxito en el mundo del automovilismo. El primero de los cuatro hermanos intentó sin éxito competir en dos grandes premios de Fórmula 1.
En realidad, la historia de Tino el mundo de las carreras empezó con la mitad de ruedas. Sus primeros éxitos llegaron en el motociclismo, ganando campeonatos júnior italianos antes de debutar en el Campeonato del mundo de motociclismo. Lo hizo de la mano de MV Agusta con un podio en el Gran Premio de Alemania de 350cc en 1959. Con el tiempo y tras pasarse a Bianchi y ganar el campeonato italiano de 500cc, se pasó al automovilismo.
Su primer intento en la Fórmula 1 llegó en el Gran Premio de Italia de 1963 con un Cooper de la Scuderia Centro Sud pero no consiguió clasificarse. Luego dio los pasos correctos a través de la Fórmula Junior y luego Fórmula 2 con Ferrari. Esto le llevó a ganarse un puesto en el equipo de Fórmula 1 para el Gran Premio de Italia de 1969 pero su pasado le acabó pasando factura en lo que debería haber sido un sueño para el italiano.
Tras los primeros entrenamientos libres, resultó evidente que Brambilla no tenía la fortaleza física para aguantar la moderna Fórmula 1 con tanta aerodinámica. Su cuerpo, dañado por un antiguo accidente en su época motociclista, no estaba para pilotar coches tan veloces y se vio obligado a ceder el coche a Pedro Rodríguez. Así terminó su carrera en la Fórmula 1, compitiendo solo en categorías de menor nivel antes de dedicarse a trabajar con Pirelli en años sucesivos.