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Curiosidades F1: El sueño roto de Tom Jones

Pocos saben que en el Gran Premio de Canadá de 1967 estuvo inscrito con un Cooper privado un piloto de nombre Tom Jones. No nos referimos al famoso cantante sino a un joven de Ohio que tras comprar un monoplaza de Fórmula 2 y prepararlo para que estuviera dentro de las normativas de Fórmula 1 se lanzó a la aventura con un viaje desde Ohio hasta Mosport, lugar donde tenía lugar la cita canadiense del Campeonato del Mundo.

Era un sueño que se hacía realidad, con Jones conduciendo su coche con un remolque descubierto con lo que el monoplaza quedaba expuesto a las inclemencias del clima durante su viaje. El estadounidense llegó al circuito listo para tomar parte en un Gran Premio de Fórmula 1 y tras obtener su licencia, tomó parte en los entrenamientos libres. Sus primeros tiempos fueron lentos pero no lo suficiente como para hacer el ridículo.

De hecho, el paddock de la Fórmula 1 había quedado encandilado con el chaval de 24 años que tenía la intención de competir con los mejores pilotos del mundo. Tanto fue así que tras los entrenamientos libres, los mecánicos del equipo oficial Cooper se ofrecieron a Jones -que tenía que hacer el mantenimiento del coche él solo- para poner a punto la suspensión de su coche. A fin de cuentas, se trataba de un monoplaza que conocían bien y sabían lo que había que ajustar para mejorar su rendimiento.

Jones no podía estar más satisfecho con lo ocurrido. Un piloto privado nunca habría tenido la esperanza de contar con buenos reglajes y gracias a la amabilidad de los chicos de Cooper, clasificarse no supondría ningún problema. Desafortunadamente, incluso los mecánicos profesionales pueden equivocarse. Cuando los mecánicos desmontaron parte del coche para ajustar las suspensiones, no conectaron bien parte del cableado eléctrico y en cuanto Jones aceleró en la recta de atrás, el coche empezó a fallar y se quedó parado.

Siendo esta la sesión clasificatoria y estando demasiado lejos de los boxes, tuvo que ver como el reloj llegaba a cero sin haber podido ni intentar clasificarse. El único tiempo que había marcado era treinta segundos más lento que la pole position y dirección de carrera no le permitió salir a pesar de ser sus tiempos en los libres suficientemente rápidos para ello. La carrera tuvo lugar bajo la lluvia, con lo que Tom Jones tuvo que volver a casa con las dudas sobre lo que pudo haber sido.

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