A lo largo de los más de sesenta años de historia de la Fórmula 1, la categoría ha visto todo tipo de ganadores, desde el más esperado al más sorprendente. En 67 temporadas y más de 900 Grandes Premios disputados a día de hoy, ha habido tiempo de ver todo tipo de carreras con todo tipo de resultados. Pero una debe estar por encima de las demás con el título honorífico de ser la victoria y el doblete más inesperados de la historia. Desafortunadamente para ellos, parece difícil que sea algo que McLaren pueda repetir este 2017.
La mención del equipo de Woking no viene sin motivo y es que la escuadra que consiguió darle la vuelta por completo a una situación que parecía imposible de solventar fue precisamente la de Ron Dennis. McLaren estaba en 1983 en pleno proceso de cambio, esperando además que llegaran los motores TAG-Porsche que debían ayudarles a progresar. Estos no estaban aún listos para el Gran Premio de Estados Unidos Oeste que se disputaría en el circuito de Long Beach. Allí los motores atmosféricos no eran una desventaja tan grande pero sí hubo otra…
Los neumáticos Michelin de los que disponía McLaren para las sesiones clasificatorias resultaron ser especialmente poco competitivos y el equipo no pudo obtener más que una decepcionante vigésimo segunda y vigésimo tercera posición en parrilla para John Watson y Niki Lauda respectivamente. En un circuito urbano, las posibilidades de puntuar estaban esencialmente bajo cero así que el equipo se planteaba la carrera casi como una pérdida de tiempo. Pero ese día ni Watson ni Lauda se rindieron y su actitud pagó dividendos.
Ayudados por los problemas técnicos de algunos rivales y por un gran ritmo de carrera en un circuito en el que a pesar de todo se podía adelantar, Watson y Lauda empezaron a escalar posiciones y en menos de treinta giros estaban ya en tercera y cuarta posición. En la vuelta treinta y uno los dos McLaren-Cosworth adelantaron a Jacques Laffite y tomaron el liderato. Había sido un milagro aunque ganado a pulso y en las cuarenta y cuatro vueltas restantes no hubo nadie que pudiera toserles.
La victoria de John Watson supuso la mayor remontada con final en primera posición al subir un total de veintiuna posiciones desde su puesto de partida. Se completó así un espectacular doblete del que a menudo no se recuerda que tras sólo 100 km de carrera ya había llegado a su punto álgido, dándose la casualidad además de que este se produjo en un circuito urbano. ¡Increible! Como otra curiosidad, Alan Jones disputó ese día su única carrera con Arrows en su retorno a la Fórmula 1 tras dejar Williams en 1981, siendo esta la última carrera de Long Beach en la máxima categoría.