La Fórmula 1 tiene campeones de multitud de países, algunos tan «inusuales» desde el punto de vista europeo como pueden ser Australia, Nueva Zelanda o Argentina, aunque en todos estos casos hay una cultura automovilística con muchísimos años de historia. Otros casos llaman más la atención como en Francia e Italia y su bajo número de campeones -uno para los galos, dos para los transalpinos- pero hay casos aún más interesantes como el del último campeón estadounidense, a quien bien podríamos considerar croata en cierta forma.
Se trata, claro está, de Mario Andretti. Aunque en 1978 se proclamó campeón del mundo con Lotus como piloto estadounidense, la realidad es que nació en Italia allá por el lejano 1940, en medio del conflicto de la Segunda Guerra Mundial. Pero Istria, el lugar en el que nació el futuro campeón del mundo no se mantuvo dentro del entonces Reino de Italia durante mucho tiempo. En 1947 la región pasó a manos yugoslavas siguiendo el Tratado de París y en 1948 su familia emigró a un campo de refugiados en Lucca.
Siete años más tarde, en 1955, los Andretti lo dejaron todo atrás y se fueron a Estados Unidos a empezar una nueva vida con sólo 125 dólares a su nombre. Lo demás es historia con un Mario Andretti que se convirtió en ciudadano de los Estados Unidos en 1964 y cuatro años después debutó en la categoría reina en el Gran Premio de Estados Unidos en Watkins Glen. Una década después y tras pasar por Ferrari entre otros equipos, en su retorno a Lotus se proclamó campeón del mundo. En cuanto a Montona, lugar de nacimiento de Mario Andretti, es conocida hoy como Motovun y forma parte de Croacia. ¡Las vueltas que da la vida!