La disparidad entre los equipos oficiales de los constructores de la Fórmula 1 y aquellas estructuras privadas que simplemente adquirían el material y competían siempre ha sido uno de los puntos más interesantes de la historia del campeonato. Tanto es así que por ejemplo la primera victoria de Lotus llegó precisamente de manos de un privado a través de la escuadra de Rob Walker. Otro caso remarcable es el de un constructor que llegó a tener dos equipos oficiales.
Se trata de algo único en la historia de la categoría reina ya que aunque se puede discutir que el North American Racing Team -NART- era tan oficial como la Scuderia Ferrari, en realidad el primero era poco más que un «proxy» del segundo para competir sin licencia italiana. Incluso si nos acordamos del coche con el que Giancarlo Baghetti ganó el Gran Premio de Francia de 1961 de la Scuderia Sant’Ambroeus, este era gestionado por la Scuderia Ferrari.
El caso especial es por lo tanto el de Matra, que tras años en la Fórmula 2 decidió atacar el difícil mundo de la Fórmula 1 en 1968. De hecho ya había disputado algún Gran Premio el año anterior con su máquina de la categoría de plata pero Ken Tyrrell quiso apostar por un equipo que priorizara a su pupilo Jackie Stewart para poder darle la mejor oportunidad de ganar. La asociación con Matra tenía que dar sus frutos y de hecho en 1969 se obtuvo ya el ansiado título.
Pero antes de llegar al éxito, en Matra quisieron asegurarse el tiro. En 1968 Ken Tyrrell pidió junto a Jackie Stewart el competir con los revolucionarios motores Cosworth. Evidentemente, los franceses no querían dejar de lado su propio proyecto de motor pero no querían -aún- forzárselo a sus nuevos compañeros ni quitarles libertad de evolución con su propia máquina. De esta forma, en 1968 la Fórmula 1 dio la bienvenida a dos nuevos equipos, Matra International y Matra Sports.
Coincidieron en doce de las trece carreras de la temporada con un motor Cosworth V8 para Jackie Stewart y la estructura británica y un Matra V12 para Jean-Pierre Beltoise y la estructura francesa… siendo ambas completamente oficiales y con el soporte de la fábrica. Pero evidentemente una situación de este tipo es insostenible y en 1969 Matra concedió a Ken Tyrrell la cabeza del departamento de competición al ser claramente más competitivo y se mantuvo a Matra International en la Fórmula 1 mientras la otra división trabajaba en el difícil V12.
Tras ganar los títulos de pilotos y constructores, los franceses vieron un primer objetivo cumplido y como en cualquier empresa, empezaron a pensar en el siguiente. Para Tyrrell y Stewart, el siguiente objetivo debía ser ganar en 1970 pero las empresas siempre piensan a largo plazo… ahora tocaba ganar con motor propio, una gesta sólo al alcance de los mejores. En beneficio de Matra, no lo veían como una quimera y según ellos, con Tyrrell y Stewart era más que posible.
Jackie Stewart se negó a competir con un motor que percibía como demasiado pesado y poco fiable y el destino de los dos grupos se separó. El primer piloto de Matra estuvo siempre alrededor de los diez primeros a finales de año… sin el equipo de Ken Tyrrell… no es impensable imaginar que hubieran podido ganar con los V12, igualando el misticismo de Ferrari. ¿Quien sabe? Puede que Matra se hubiera convertido en una marca legendaria durante muchos años… pero en su lugar tuvimos a Tyrrell, que tampoco está nada mal.