Hasta que lleguen los nuevos motores V6 turbo al Campeonato de Turismos Australiano por excelencia, seguiremos considerando al V8 atmosférico de los Supercars como uno de los más puros y brutales a lo largo del planeta ‘automovilismo’. Partiendo de esta base, imaginad uno de esos propulsores chillando a pleno pulmón mientras que un piloto profesional, ganador de las Blancpain Endurance GT Cup y líder del V8, trata de hacer derrapar esta mole de casi tonelada y media.
Con el apoyo de Red Bull Australia (cómo no) Shane Van Gisbergen participó en la que fue denominada como Drift Night, un pequeño evento para promocionar la próxima Bathurst 1000. Para hacer que este Holden Commodore pudiera insinuarse a golpe de acelerador sin llevarte al trompo, el equipo transformó ligeramente un antiguo chasis utilizado por Whincup en una de las carreras de la temporada para que pudiera hacer drift en el circuito de Eastern Creek. Además, lo dotó de nuevos frenos dobles en el eje trasero y un ángulo cuatro veces mayor que el de un Supercar, además de los neumáticos especiales.
El resultado está a la vista. Un espectáculo visual ayudado por la complicidad de la noche en la que las chispas y la luz reflejada en el humo proveniente de los neumáticos hace que este corto vídeo del impagable departamento de marketing de Red Bull (también en su versión más australiana) sea espectacular.