Probablemente este artículo no tenga razón de ser, pero si no lo digo reviento. Basta ya de pretender que el deporte y más concretamente el automovilismo, que para algo es el que nos ocupa en Diariomotor Competición, sean concursos de popularidad. Lo bien o mal que te caiga un piloto no debería jamás ser objeto de premio, alterar resultados deportivos o condicionar su imagen y la de su campeonato o equipo. ¿Por qué suelto este discurso?
Por ahí está ver que Max Verstappen haya sido nombrado «Piloto del día» tras el Gran Premio de Austria, esa misma carrera en la que Jenson Button aguantó en puntos con un McLaren o Pascal Wehrlein acabó décimo con un Manor. Pero también podemos hablar del FanBoost de la Fórmula E, que bien pudo condicionar el título al ser empleado por los aspirantes en su búsqueda de la vuelta rápida (aunque sólo en la vuelta de aceleración, por reglamento la vuelta de su uso no contaba a efectos de vuelta rápida).
O incluso Sébastien Ogier es otro buen ejemplo, por no circunscribirnos al ámbito de las votaciones populares. Que se queje sistemáticamente de abrir pista o levante a Ott Tänak al término del Rally de Polonia para proclamarle como ganador moral de la prueba no debería condicionar nuestra opinión sobre el francés. Creo que su rendimiento al volante estos tres últimos años ya dice lo suficiente sobre su calidad y si no te ha caído bien hasta ahora, difícilmente te va a conquistar con bonito gesto.
Al final esto consiste en poner un coche en pista y llevarlo lo más rápido posible. Y aunque entre fin de semana y fin de semana hay que buscar relleno con el que mantener vivo el mundillo, a veces perdemos todos (promotores, medios, aficionados) el foco con demasiada facilidad.
Foto | Red Bull Content Pool