Permitidme comenzar esta vez con un titular más subjetivo de lo habitual, pero es la verdad. Los diseños que hemos visto hasta el momento de lo que serán los World Rally Cars de 2017 no me terminan de convencer. A parte de aquel boceto presentado por la FIA, que a más de uno le obligó ir al oculista a la mañana siguiente, el Volkswagen Polo R WRC de 2014 utilizado como mula de pruebas por el equipo de Jost Capito sigue acumulando kilómetros y probando kits aerodinámicos.
Es horroroso y desproporcionado. El ‘tuneo’ destaca aún más al llevar el lienzo en blanco. Esto tampoco tiene por qué ser malo. Los Grupo B tampoco eran el sumun del diseño y la belleza hecha automóvil (no me matéis por ello), pero su sonido, su potencia desmedida y su carisma los hicieron posiblemente los más bonitos y añorados coches de rallyes de la historia. ¿Llegarán estos nuevos WRC a ser las piezas de museo que quiere Jean Todt que sean dentro de 20 años? Sólo el tiempo lo dirá. Por ahora está claro que serán los más rápidos del Mundial.