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El Nissan Skyline GT-R, ganador de la Bathurst 1000, volverá a la acción este fin de semana

En Australia no se andan con pasiones a la hora regresar coches históricos a su «ambiente natural», tal es el caso del Nissan Skyline R32 GT-R de 1992 que ganó la Bathurst 1000, el único sobreviviente de los cinco construidos por Gibson Motorsport para el piloto Jim Richards esa temporada. Este fin de semana, volverá a sentir lo que es correr, en el Retro Speedfest, evento a escenificarse en el circuito de Sydney Motorsport Park.

La historia del coche resulta muy particular porque ganó la carrera de forma inusual, fue chocado en medio de un fuerte aguacero lo que propició una bandera roja. Tras suspenderse la carrera, y declarar ganador a Richards, el equipo Gibson Motorsport decidió venderlo. Y aunque el Nissan Skyline GT-R es japonés, resulta ser un objeto de culto en Australia, donde es considerado uno de los coches Turismo más emblemáticos, por lo que no resultó difícil deshacerse de él.

También hay que resaltar que la temporada de 1992, del Campeonato Australiano de Turismo, fue la última edición donde los coches turbo fueron protagonistas. Para 1993, la clase principal quedó reservada solo para los Ford Falcon y los Holden Commodore, ambos con motores V8, cimentándose las bases de lo que hoy se conoce como V8 Supercars.

Así que este Skyline R32 GT-R es todo un sobreviviente, un viejo soldado que tras 23 años volverá a batirse contra compañeros de generación, tales como: BMW M3 Evo, Ford Sierra RS500, Holden Commodore y Toyota Corolla FX-GT.

Vía | speedcafe

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Humberto Gutiérrez

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