Toca empezar de nuevo tal y como decíamos en la entrada del WEC. El Mundial de Turismos ha dicho sus últimas palabras hace sólo unos días en Losail, siendo enterrado de forma impasible ante la necesidad de regenerar la disciplina y cortar de raíz los errores cometidos desde la adopción del reglamento TC1 en 2013. Hace unas horas, Autosport publicaba una entrevista a François Ribeiro en la que reconocía que el WTCC había fallado en su concepción demasiado carao para los privados, pero no «lo suficientemente premium» para atraer a más fabricantes.
Ayer era el momento de escenificar ese adiós a la categoría 12 años después de su creación. El Mundial de Turismos desaparece para dar lugar a una nueva Copa de Turismos en la que la FIA ha puesto gran parte de las esperanzas para el futuro dentro de dicho apartado. La reunión en vídeo de los campeones de este año, sumado a Yvan Muller, Pechito López, Tiago Monteiro, Tom Coronel, Norbert Michelisz y Gabriele Tarquini, es el punto y final para un WTCC que con los años perdió fuerza e interés. El dominio de Citroën acabó con el efecto novedad que supuso el reglamento TC1 y la llegada de Sébastien Loeb. Race in Peace…
