Durante el pasado fin de semana en Sepang se destapaba una pequeña polémica que hay en la trastienda del Gran Circo. A pesar de que ya se da por hecho que la pretemporada 2017 del Mundial de Fórmula 1 se realizará al completo en el Circuito de Barcelona-Catalunya, parece que no todos están de acuerdo con ello. Principalmente, el gran opositor a que la pista española sea la base de los test invernales es Mercedes AMG, la cual prefiere que se desarrollen también en Bahréin.
Con las posturas encontradas con la mayoría de los equipos, Christian Horner no se ha mordido la lengua al tachar de irresponsable la postura de los hombres de Toto Wolff ya que unos test invernales en Oriente Medio encarecería mucho los costes en logística, algo que teniendo en cuenta que gran parte de la parrilla se encuentra con apuros económicos (además de la previsión de gasto que supone la construcción de un nuevo monoplaza y sus repuestos bajo la nueva normativa técnica), se torna en un duro golpe económicamente antes ni tan siquiera de comenzar la temporada.
Horner admitía que Red Bull puede perfectamente afrontar los gastos que supondría desplazarse hasta Sakhir, pero también bromeaba con la poca lógica que tiene estando el circuito catalán tan cerca de las sedes de los equipos europeos y con las temperaturas templadas del Mediterráneo ya pasado la parte más cruda del invierno. Según el británico (con su habitual humor) sólo saldría rentable para las escuderías si reciben una compensación económica a cambio o Mercedes paga el transporte de los materiales de todos.