Cuando uno piensa en leyendas del Gran Premio de Australia, lo normal es pensar en Michael Schumacher o Lex Davison, los hombres con más triunfos en el evento -Davison lo hizo antes de que fuera una carrera puntuable de Fórmula 1-. Pero hay un hombre que fue vital durante la primera década de la carrera en la máxima categoría y es a día de hoy un ídolo en su Australia natal; Glen Dix.
Puede que el nombre no diga nada aunque la foto de cabecera ya habrá dado una pista importante. Se trata del hombre que ondeaba la bandera de cuadros del Gran Premio de Australia. Su llamativo estilo -seguro que lo recordáis- se volvió muy popular rápidamente y pronto era reconocido alrededor del mundo por sus movimientos de muñeca y hombro que daban un resultado espectacular, aunque él siempre afirma que el secreto está en el movimiento de pies.
Algo que le hizo ganarse el respeto del mundo de las carreras -además de ayudar en temas organizativos de circuitos de menor importancia- fue el hecho que Dix siempre dio la bandera de cuadros con el mismo entusiasmo a todos los pilotos, sin importar si habían ganado la carrera o si terminaban en vigésima posición. Un auténtico gentleman dentro del mundo de las carreras que dejó la Fórmula 1 cuando la FIA determinó que por razones de seguridad tenía que dar el banderazo desde detrás de una barrera y no a pie de pista.
