Duró tres horas, pero yo aún tengo los ojos rojos de tanto frotármelos ayer sábado ante el inicio de las 24 Horas de Daytona que protagonizó Katherine Legge al volante del DeltaWing Coupé. Tras tres años plagados de miserias el proyecto de Don Panoz se tomó en serio la pretemporada e incluso IMSA tuvo que capar las prestaciones de este coche tras el test oficial, el Roar to 24. Y aún así la británica y este particular prototipo fueron los grandes protagonistas hasta su abandono.
Después de optar por no salir a una sesión de clasificación marcada por la abundante lluvia, Katherine Legge estuvo espectacular en la primera hora de carrera, pasando del 11º puesto al liderato gracias a su alta velocidad punta (311 km/h), que hace de Daytona uno de los circuitos más favorables al DeltaWing Coupé. Aún así, parecía algo anecdótico y más tras sufrir reiterados problemas de embrague que hacían calar al coche tras cada parada en boxes. Pero ni por esas: poco antes de cada parada en boxes la inglesa daba caza a los hombres de cabeza y los humillaba en el peralte de Daytona.
Tras casi tres horas a Legge le tocó ceder el volante a Andy Meyrick y ahí la carrera del DeltaWing Coupé empezó a torcerse. Meyrick demostró tener ritmo, pero protagonizó dos errores a la postre fatales. Primero giró las ruedas durante la operación de cambio de neumáticos, lo cual le acarreó un ‘drive through’ y más tarde un fallo de comunicación entre él y el ‘spotter’ del equipo acabó con el DeltaWing empotrándose contra la trasera (perdón, no busco el chiste) de un PC parado en mitad de la trazada de la curva 1, en una actuación más que reprobable de Dirección de Carrera al no querer sacar el Pace Car a pista. Y ahí se terminó todo.
Cuatro horas duró el sueño, pero a sabiendas de que ni los más acérrimos defensores del proyecto creíamos posibles unas prestaciones así, era justo dedicarle un pequeño artículo al margen de la crónica de la carrera, que por supuesto podrás leer esta noche en Diariomotor Competición.
Foto | DeltaWing Racing Cars