A lo largo de los últimos años, las interrupciones de carreras por la lluvia se han ido multiplicando hasta el punto en que es casi una tradición que nos ha llevado entre otras cosas a quedarnos sin salidas en parado con pista mojada -hasta el año que viene, en teoría-. Pero no siempre fue así y en 1974, el Gran Premio de Brasil vivió la que entonces solo era la cuarta interrupción de carrera, tercera por lluvia.
Tras 32 vueltas de carrera al largo trazado de Interlagos -se habían recorrido ya unos 250 km de la misma-, la llegada de la lluvia obligó a dirección de carrera a interrumpir el evento por razones de seguridad. Puesto que se había disputado más del 75% de distancia prevista de carrera, los puntos se repartieron de forma normal con victoria de Emerson Fittipaldi. Pero que en 25 temporadas de campeonato esa fuera la cuarta interrupción, dice mucho.
La primera llegó curiosamente en el segundo evento del campeonato en 1950, las 500 millas de Indianápolis, donde la lluvia llegó tras 138 de las 200 vueltas. El segundo caso no se dio hasta veintiún años después con motivo del Gran Premio de Canadá d 1971. En este caso la interrupción se dio en la vuelta 64 de 90 previstas. Finalmente, la última interrupción de una carrera antes de Brasil en 1974 fue el Gran Premio de Gran Bretaña de 1973, en este caso por el famoso accidente múltiple. En este caso sí se relanzó la carrera.