Los noventa significaron para el Campeonato Británico de Turismos algo parecido a lo que ocurrió una década antes para otros campeonatos: una edad dorada, con escalada en rendimiento y el consiguiente disparate de costes que se rumoreaba que se encontraba por encima de los 10 millones de libras esterlinas por temporada (casi 13 millones de euros). Esto deja entrever que el BTCC en su formato Super Touring era uno de los campeonatos más espectaculares de finales del pasado siglo, pero también uno con los presupuestos más elevados.
Con marcas oficiales como Peugeot o Renault involucradas bajo el paraguas de sus filiales británicas y con socios tecnológicos del nivel de Williams que llevaron los motores 2.0 atmosféricos por encima de los 300 CV de potencia. Diez años después, los organizadores del BTCC decidían cambiar el reglamento a uno de menores costes tras ver como una a una las marcas iban abandonando la competición al no poder mantener este ritmo de costes. Hace unos días, los promotores del Festival de la Velocidad de Goodwood decidieron invitar a Anthony Reid y Andrew Jordan para volver a poner sobre la pista algunos de los modelos que marcaron esa etapa del BTCC. No os podéis perder el espectacular sonido.