Era solo cuestión de tiempo para que el piloto holandés ingresara a los libros de récords de la categoría y no tardó mucho en hacerlo ya que en su segunda carrera, el reciente Gran Premio de Malasia, Verstappen culminó en la séptima posición y demostró, a sus 17 años, que tiene el nivel para estar al lado de los mejores del mundo. Tras cruzar la línea de meta a bordo de su Toro Rosso STR10, desbancó al ruso Daniil Kvyat, quien el año pasado, corriendo para la misma escudería, culminó octavo en Australia, a la edad de 19 años y 324 días.
Lo de Max Verstappen no es un hecho aislado ya que, además de su trayectoria en las categorías inferiores, no ha mostrado debilidades que hagan dudar de su capacidad, incluso en buena parte del Gran Premio se le observó un gran talento, mismo que no pudo desarrollar a plenitud en su debut por una falla en su motor. Lograr puntos en una carrera tan dura, a nivel de exigencia física, es un gran logro si se toma en cuenta que su inscripción fue cuestionada por apenas contar con 17 años. Hoy ha silenciado a sus detractores, mismos que presionaron para que la FIA modificara el reglamento e impusiera una edad mínima para ascender hasta la Fórmula 1.
No hay dudas que Max Verstappen se siente a gusto en Toro Rosso y está disfrutando cada oportunidad.