Los circuitos urbanos siempre tienen la particularidad de ser trazados temporales. Aunque las carreteras no desaparecen y pueden visitarse y recorrerse durante todo el año, todo lo necesario para que puedan usarse como parte de un circuito de Fórmula 1, no. El circuito de Montecarlo, por ejemplo, emplea nueve semanas en total entre montaje, fin de semana de carreras y desmontaje.
Entre montaje de guardarrailes, barreras de protección y demás, la preparación del circuito de Montecarlo lleva seis semanas en total. Por lo tanto, todo el movimiento empieza a mediados de abril para que pueda estar el trazado listo para el último fin de semana de mayo, su gran momento de gala. Aunque seguramente, lo más interesante es que una vez armado todo, se pueden abrir las carreteras para el tráfico del día a día.
De hecho, es habitual que incluso durante los días del gran premio, una vez terminada toda la acción en pista se abran las barreras y tanto aficionados como conductores puedan entrar en el circuito. Hasta muy temprano la mañana siguiente, claro está. Tras finalizarse el gran premio, el desmontaje es bastante más rápido -como siempre, quitar es más rápido que poner-. ¡En apenas tres semanas no queda ni rastro de carreras!
