Rezar. Eso y esperar a que el coche se detenga pronto, a poder ser lo menos dañado posible. Y es que perder la trasera en la curva a izquierdas que cierra la primera sección rápida del Circuito de Nordschleife es una experiencia que no se debería recomendar ni a tu peor enemigo. Gracias a los chicos de Donut Media hoy podemos ver qué ocurre cuando te conviertes en pasajero de tu propio Porsche Cayman GT4 en el Infierno Verde.
En este caso tuvo final feliz. Unas rápidas reacciones y unos cuantos volantazos certeros evitaron que la unidad del deportivo de Stuttgart del equipo Stilgut terminara finalmente contra las barreras. Especialmente es la primera corrección, seca y precisa, la que evita que el Porsche con el dorsal 940 vaya directamente contra las protecciones a gran velocidad. Finalmente la grava y la sangre fría del piloto (además de grandes dosis de fortuna) terminan deteniendo el vehículo sin apenas arañazos.