El circuito de Interlagos es el hogar histórico del Gran Premio de Brasil. Aunque el circuito de Jacarepaguá en Rio de Janeiro fue la sede del evento en 1978 y entre 1981 y 1989, es São Paulo donde la mayoría de grandes premios de Brasil han tenido lugar. Pero Interlagos no fue siempre como hoy y de hecho en su día ciertas partes del circuito se recorrían al revés.
El primer sector del antiguo circuito de Interlagos discurría por el exterior del actual, lo que llevaba a encarar la Reta Oposta en dirección contraria a lo habitual hoy en día, bajando por la Curva do Sol y siguendo hacia lo que hoy en día es la segunda mitad del trazado paulista. Esta zona final ha mantenido su carácter y la mayoría de curvas son reconocibles, al igual que la tradicional recta de meta.
Aún así, Interlagos ha cambiado mucho con el paso de los años y de la versión original de 7.960 metros se ha pasado a la actual de «solo» 4.309 metros. Son tres kilómetros y medio menos pero un carácter de subidas y bajadas que se mantiene intacto y acaba siendo uno de los favoritos tanto para los pilotos como para los aficionados. Con la mejoría de las instalaciones y el paddock, Interlagos debería tener el futuro asegurado.