La ya famosa Climbkhana de Ken Block ha abierto para muchos un nuevo mundo llamado la Subida Internacional a Pikes Peak, una competición que en el pasado gozó de destacadas expediciones por parte de los equipos oficiales europeos tratando de llamar a las puertas de Norteamérica a través de ganar a los equipos estadounidenses en su propio terreno. El asfaltado de su recorrido, con el objetivo de que la montaña no siguiera erosionándose y se pudieran poner en peligro los acuíferos subterráneos, abrió una nueva etapa para la carrera, con modelos que dejaban de lado sus prestaciones off-road para adaptarse más a una concepción de Subida de Montaña similar a la que tenemos en Europa.
A pesar de que muchos apuntan a que la prueba ya no tiene el misticismo que tenía, la Subida Internacional a Pikes Peak está muy cerca de llegar a su edición número cien y año tras año se suman nuevas y excitantes máquinas que tienen como objetivo el superar el registro logrado por Sébastien Loeb y su Peugeot 208 T16 PPIHC de 8 minutos y 13,878 segundos. El Ford RS200 modificado de Pat Doran, los MINI y Dacia Duster de Jean-Philippe Dayraut o la barqueta Norma de tracción total de Romain Dumas. Algunos de ellos incluso se han acercado al imponente registro de 1.400 CV de potencia que ofrece el V8 biturbo del Ford Mustang del 65 conducido por Ken Block. Queda por saber si el norteamericano podría bajar de los nueve minutos en un recorrido en el que no sólo se necesita algo de metanol, dos grandes turbos y una aerodinámica muy efectiva… ¿Se atreverá?