En vísperas del Gran Premio de Japón, Stoffel Vandoorne y Kazuki Nakajima realizaron una exhibición en Suzuka con dos coches de gratos recuerdos. El belga se puso detrás del volante del McLaren MP4/5 que pilotó Alain Prost, y con el cual alcanzó el título mundial en 1989. En tanto al japonés se le encomendó un Ferrari 87/88C, que llevó Gerhard Berger, coche que interrumpió la cadena de victorias de McLaren en 1988.
Vandoorne, quien será piloto oficial McLaren la próxima temporada, pudo darse el gusto de subirse a un monoplaza que hizo historia. Diseñado por Steve Nichols, el MP4/5 montaba un motor Honda V10 ya que era el primer año tras la prohibición del turbo. De las 10 victorias del equipo blanquirojo ese año, Alain Prost triunfó en cuatro ocasiones, pero pudo sumar más puntos que su rival y compañero, el entonces campeón Ayrton Senna. De más está decir que se impuso fácilmente en el Mundial de Constructores.
Por su parte, Nakajima, actual piloto de la Súper Fórmula japonesa y del mundial de Resistencia, pudo rodar con el Ferrari de Berger, el coche diseñado por Gustav Brunner para la temporada de 1988. Recordado por ganar en el Gran Premio de Italia, se convirtió en el último Ferrari que lograr una victoria con un motor V6 turbo en esa época. Ferrari llegó en segundo lugar, por detrás de McLaren, entre los constructores, en una temporada donde la dupla Senna y Prost no dejó alternativas.
