Tony Quinn ha decidido volver a probar suerte este año en la Subida a Pikes Peak. El neozelandés, junto a Pace Innovations y High Performance Academy, ha mejorado el Ford Focus de la categoría Unlimited con el que participó en la edición de 2016, en la que obviamente pagó la novatada, con un discreto 18º puesto final conseguido al no poder bajar de los 10 minutos y 20 segundos (casi minuto y medio más lento que el ganador, Romain Dumas) en los casi 20 kilómetros de subida que componen la Carrera hacia las nubes.
La base se ha mantenido, optando por la silueta del Ford Focus montada sobre un chasis tubular y con el propulsor V6 Biturbo de origen Nissan GT-R de 3.8 litros situando justo detrás del habitáculo. En total, menos de una tonelada de peso para una potencia que se espera que supere de largo los 850 CV. El coche, ha sido empaquetado y enviado hacia Colorado, dónde ya se realizará unos reglajes in situ antes de que el próximo 25 de junio se dispute la 95ª edición de la Subida a Pikes Peak.
No lo tendrá fácil. Romain Dumas va más preparado que nunca y se espera que esta vez sí, la Norma MXX estará en disposición de acercarse al récord de Sébastien Loeb en 2013 con el Peugeot 208 T16 PPIHC.