Todavía les queda mucho camino hasta conseguir vender casi 180 unidades del R5 como ha hecho M-Sport con su exitoso Ford Fiesta (sin duda una de las razones para que los de Malcolm Wilson puedan estar en el Mundial la próxima temporada con coche nuevo), pero no se puede ocultar que el i20 R5 ha despertado el interés entre los pilotos y los equipos, justo el propósito que buscaba Hyundai Motorsport cuando creó su departamento de carreras-cliente.
Si en España, algunos como Miguel Fuster ya han deslizado que es una de sus principales opciones para la próxima temporada (Auto-Laca estaría negociando por tener dos unidades para el Nacional de Asfalto 2017), en el mercado francés e italiano ya ha pescado a sus primeros clientes. Como ya informábamos hace unas semanas, será Stéphane Sarrazin el que lo haga debutar en el próximo Tour de Corse, con la asistencia del equipo First Motorsport, el mismo que llevó la pasada temporada cuando disputó la ronda corsa con un Ford Fiesta RS WRC.
Sarrazin participará en el Rallye du Pays de Fayence a final de mes, justo el fin de semana previo al Rallye de Córcega a modo de preparación y sin duda será uno de los pilotos a tener en cuenta entre los RC2. Aunque no se ha hecho oficial, es previsible que el R5 de la firma coreana habrá recibido la pertinente homologación de la FIA durante los primeros días del mes de septiembre, por lo que el piloto de Toyota en el Mundial de Resistencia podrá estar en la salida de la undécima cita del WRC 2016.
No será el único que compita con el Hyundai i20 R5. Además de Kevin Abbring, el cual saldrá como piloto gancho para asegurarse un buen resultado y seguir promocionando el producto de los de Alzenau, también se ha confirmado la presencia del italiano Fabio Andolfi, el cual, con la ayuda de Pirelli y de la Federación Italiana, podrá estar en la salida de un rally en el que ya participó cuando competía dentro del ERC. Un salto de categoría para el transalpino que puede encumbrarle como el nuevo heredero de la huérfana escuela italiana o que le puede dar un toque por querer ‘dar el salto’ demasiado pronto.