Cuando el campeonato del mundo de Fórmula 1 dio comienzo en el circuito de Silverstone en 1950, este hoy en día mítico escenario contaba ya con dos trazados utilizados en 1948 -usando las antiguas pistas de aterrizaje- y en 1949 -con una chicane en Club-. Esto era solo un aperitivo de un trazado con una historia irónica; el que más variaciones ha tenido a lo largo de los años -ocho- y uno de los que más ha mantenido su espíritu original.
El circuito básico se mantuvo casi intacto desde 1949 -o 1950, si hablamos de Fórmula 1- hasta 1990. Son 40 años de cambios menores que empezaron en realidad en 1975. Hasta entonces, solo se cambió la posición de la línea de meta entre 1951 y 1952. La primera modificación fue el añadido de una chicane en Woodcote que dio paso a la nueva chicane Luffield en 1987, devolviendo la «rectitud» a Woodcote. El primer cambio serio llegó en 1991 y fue una revolución.
Los cambios llegaron con un nuevo perfil algo más rápido en Copse, la creación del sector de Maggotts-Becketts-Chapel, la creación de la nueva zona del Vale y el «Complex» del estadio con Bridge, Priory y Brooklands. Tras un solo año, en 1994 se ralentizó el trazado por seguridad en varios puntos antes de recuperar la cordura con Stowe en 1996 y volver a alterar Copse y la zona del «Complex» en 1997. Este trazado se mantuvo hasta 2010, cuando llegó el Silverstone Arena… y la nueva recta de meta.
