Un «Renault» de Fórmula 1 con Vladimir Putin al volante. Si os decimos que algo de esta frase es falso, lo normal sería pensar que es el protagonista… y aún así, la realidad supera a la ficción y en efecto, el presidente ruso se subió a un coche de la máxima categoría en 2010. El engaño está en que a pesar de los colores de Renault, el monoplaza era en realidad un Prost AP04 de la temporada 2001.
Un casco con los colores de la bandera rusa, el escudo de armas en la parte superior y la inscripción «Russia» -en cirílico- en la visera. De esta guisa y con el mono de Renault de Fórmula 1, Putin se sentó primero un Fórmula Renault 2.0 para habituarse a la conducción de un coche de carreras antes de subirse al plato fuerte, el coche de Fórmula 1.
Se trata de una más de las docenas de actividades «extremas» en las que se suele ver a Putin, mostrando en este caso un interés por la Fórmula 1 que acabó llevando la categoría reina allí tras varios intentos infructuosos en los años 80 y en la década pasada. Por ahora, parece que con Daniil Kvyat en Red Bull y Sergey Sirotkin cerca de tener un volante como titular, el futuro del Gran Premio de Rusia esá asegurado.