«La vida es correr. Todo lo que sucede antes o después es únicamente esperar». Es indudable que Steve McQueen amaba las carreras. Siendo uno de los actores más carismáticos de la historia del cine y apodado «El Rey de lo guay», para los aficionados a las carreras es algo más que un actor. El estadounidense llevó a la gran pantalla la carrera más mítica del automovilismo, las 24 horas de Le Mans, en el año 1971. Una producción multimillonaria que le costó muchas discusiones y de la cual no quedó satisfecho, pero que se ha convertido en un largometraje de culto en el mundo de las carreras. El plan inicial era rodar la película mientras McQueen corría, pero los planes cambiaron en el último momento. Aun así, él se preparó para ello disputando varias carreras en américa. La última de ellas fue las 12 horas de Sebring de 1970, donde junto a Peter Revson puso en jaque a Ferrari por la victoria absoluta. Este fin de semana el IMSA diputará una nueva edición de las 12 horas en el aeródromo más famoso de Florida. Lo recordamos.
Porsche llegaba a Sebring como los principales favoritos, en un año donde se disputarían algunas de las legendarias batallas entre los Porsche 917 y los Ferrari 512. Los de Stuttgart habían ganado las 24 horas de Daytona, haciendo doblete con los dos coches de John Wyer, demostrando que el nuevo Cola Corta podía ser el coche dominador de ese año. Pero el circuito de Sebring siempre esconde trampas que no se encuentran en ningún otro circuito. Los baches siempre han sido un quebradero de cabeza para los ingenieros y para la fiabilidad de los coches, provocando siempre roturas en la suspensión o fallos debido a las vibraciones. Aunque un coche aguantara 24 horas corriendo en Daytona, no tenia por que estar preparado para aguantar 12 en Sebring.
Mario Andretti y Ferrari mandaron en los entrenamientos
Aun así, Ferrari tomó la delantera en la clasificación con Mario Andretti consiguiendo el mejor tiempo en el 512S #19. Tras el estadounidense, el Porsche #14 de Jo Siffert y Brian Redman y el #16 de Vic Elford y Kurt Ahrens Jr se colaron entre el segundo de los coches de la Scuderia, pilotado por Jacky Ickx y Peter Schetty. En decimoquinta posición partieron Steve McQueen y Peter Revson, para el equipo Solar Productions. El equipo propio de la super estrella de Hollywood tenía como único objetivo el preparar a McQueen para Le Mans, con un Porsche 908/2 pintado entero de blanco y dentro de la categoría de Prototipos de 3 litros. Una clase muy disputada, con rivales como los Alfa Romeo de Toine Hezemans y Masten Gregory o los Matra-Simca de Dan Gurney y François Cevert.
Después de lo sucedido en las 24 horas de Le Mans un año antes, con John Woolfe perdiendo la vida al no abrocharse correctamente los cinturones y tras las protestas de Jacky Ickx, se eliminó la salida «estilo Le Mans» donde los pilotos corrían hacia sus vehículos. En cambio, se dio una vuelta de formación y se procedió a realizar una salida lanzada, como estamos acostumbrados actualmente. Mario Andretti tenía una gran experiencia en este tipo de salidas, ya como campeón de la Indy 500 y con tres títulos de la USAC en su haber y mantuvo la primera posición en el Ferrari #19. Como ya contamos anteriormente en esta web con la edición de 1983, las carreras en Sebring suelen estar marcadas por la fiabilidad y por giros argumentales. Aunque en esta ocasión ya adelantamos que no habrán cocodrilos ni autoestopistas.
La fiabilidad afectó tanto a Porsche como a Ferrari
Andretti comenzó a escaparse de Jo Siffert, que intentó recortar la ventaja del estadounidense marcando vueltas rápidas, hasta que ambos entraron en boxes para cambiar pilotos. Brian Redman tomó el relevo del suizo en el Porsche #14, sufriendo problemas eléctricos a las pocas vueltas teniendo que volver a los garajes. Arturo Merzario también tuvo una mala parada y cayó hasta la quinta posición, con el Porsche #15 liderando por delante del #16, seguidos por los tres Ferrari oficiales. Pero los problemas para los alemanes solo acababan de comenzar. El #15 sufrió un pinchazo mientras que el #16 tuvo un accidente con un doblado que lo dejó fuera de carrera. Para rematar, el #17 pilotado por Hans Herrmann rompió motor y también tuvo que abandonar. La carrera se puso de cara para Ferrari, con el primer Porsche siendo el #48 de Solar Productions, pilotado por Steve McQueen, que peleaba con el Alfa Romeo de Masten Gregory.
Cayó la noche y los problemas para Ferrari comenzaron. El coche de Ickx se tuvo que retirar con un muelle de una válvula roto, mientras que en Porsche optaron por maximizar las opciones del #15, subiendo a Jo Siffert (que ahora pilotaría junto a Pedro Rodríguez) y bajando a Leo Kinnunen. El #21 de Nino Vaccarella e Ignazio Giunti también tuvo un toque con un doblado, necesitando entrar en boxes para hacer reparaciones. El colmo de los problemas para los italianos llegó cuando Mario Andretti alertó de un fallo en la transmisión de su 512 S, que lideraba por once vueltas de ventaja. Cuando Merzario salió a pista, la caja de cambios dijo basta y los italianos veían como se escapaba su victoria después de haberla acariciado con las manos. Rodríguez y Siffert se colocaron en cabeza pero en Porsche temían que las nuevas manguetas delanteras se rompieran, igual que había sucedido en el #14, ahora pilotado por Redman y Kinnunen.
Andretti evitó que David ganara a Goliat
Es por ello que decidieron retirar este segundo coche, ya sin opciones, para tener repuestos por si eran necesarios para la pareja que luchaba por la victoria. Y como ya se esperaba, los tornillos de la mangueta del coche de Rodríguez y Siffert se rompieron a falta de menos de una hora para el final, cuando lideraban. En un nuevo capítulo de David contra Goliat, el Porsche 908/2 de Solar Productions se colocó en cabeza, con Peter Revson mostrando un ritmo muy sólido y Steve McQueen cumpliendo, pese a tener un pie escayolado por una caída en moto semanas antes. Fue entonces cuando Mario Andretti tomó una decisión que cambió el curso de la carrera. Cansado de que por la megafonía solo se hablara de McQueen, quitándole todo el mérito a Revson, aceptó a subirse al 512S #21 (¡pese a llegar a duras penas a los pedales!) sustituyendo a Vaccarella. Rodando casi seis segundos más rápido por vuelta que el italiano y motivado por su ego de piloto, superó a Revson y recuperó el liderato para Ferrari.
Andretti tuvo que hacer una última parada para repostar gasolina a falta de pocos minutos para el final. Al ver que el 512 #21 entraba a boxes, el equipo de McQueen se pensó que tenía problemas y ya casi celebraba la victoria. Pero Andretti salió por delante y ganó las 12 horas de Sebring por más de 20 segundos frente a Revson y McQueen. Nadie esperaba que el 908/2 de Solar Productions tuviera opciones reales de ganar, pero tratándose de una carrera tan impredecible como Sebring, nunca se sabe que puede pasar. Al final y pese a que solo se hablaba de la actuación de McQueen, el ritmo del coche #48 lo marcó Revson. Pero por encima de todos ellos, Mario Andretti fue el verdadero hombre de la carrera. De ser el más rápido en clasificación a liderar por más de diez vueltas antes de que su coche se rompiera y, finalmente, imponer un ritmo final endiablado en la noche con otro Ferrari para conseguir la victoria.