El final del mes de marzo da el pistoletazo de salida a una nueva temporada de Fórmula 1. Los coches más rápidos del planeta regresan a los circuitos en la lejana tierra de Australia, como ha sido costumbre durante las últimas dos décadas. Y lo hará con vehículos que parecen ser los más letales y que correrán aún más que en otras ocasiones, aunque está por ver si de paso se genera más acción en las carreras, otro de los caballos de batalla del aficionado medio que la Fórmula 1 y sus responsables solventan como pueden.
Pero creo que estamos ante una de las mejores parrillas de la última década, incluso del milenio. Sí, la desaparición de los tres equipos que entraron en 2010 ha ayudado a que se fueran cayendo algunos nombres cuestionables que cada vez lo eran menos por pura necesidad del deporte de tener a los mejores pilotos posibles (y por mejor preparación y actuaciones de estos últimos), pero hay que decir que solo dos pilotos de los 20 de la parrilla de 2017 no han ganado títulos en categorías inferiores. Sin embargo, uno de ellos ya ha ganado en Fórmula 1 y el otro ha conseguido varios podios. Hablamos de Max Verstappen y de Sergio Pérez.
Ambos tendrán que seguir demostrando su valía después de un buen 2016: Verstappen seguirá en Red Bull, dónde se espera que dé el paso definitivo y se sitúe a la par de Daniel Ricciardo, sino incluso por encima, en un coche que no parece haber empezado con garantías de ser un candidato al título. Por su parte, Pérez hará de mentor a Esteban Ocon en Force India y tendrá que compaginar su mayor esfuerzo ante un vehículo pasado de peso con la vigilancia respecto a uno de los jóvenes talentos que más rápido han ascendido en los últimos años.
Obviamente, el holandés y el mexicano pelearán en ubicaciones distintas esta temporada. Verstappen puede luchar contra los Ferrari y los Mercedes, aunque todo indica que el duelo inicial lo deberían mantener los dos mejores pilotos de esta década, los multicampeones Lewis Hamilton y Sebastian Vettel. Se presenta una pelea magnífica entre sus compañeros de equipo, el dúo finlandés generacional de Kimi Räikkönen y Valtteri Bottas, con Räikkönen intentando mantener sus sempiternas ganas de ganar y Bottas buscando su sitio en la élite del automovilismo mundial a la espera de posibles podios y victorias.
Pérez debería estar en esa peligrosa zona media que siempre ocupan varios equipos. Por lo que se ha visto hasta el momento, Force India estará un paso por detrás de la ecléctica dupla formada por el readaptado Felipe Massa y por el joven pero impulsivo Lance Stroll en Williams. Justo detrás se situarían Haas y Renault, dos equipos en plena renovación pero con algunos problemas de fiabilidad. Romain Grosjean y Jolyon Palmer son dos ex campeones de la ya extinta GP2 que intentarán liderar a sus escuadras en un segundo año, aunque parece más factible que Grosjean bata a un hambriento Kevin Magnussen que no que Palmer sea superior a un cambiante Nico Hülkenberg.
Y de ahí, a la zona de los pilotos españoles, que no disfrutarán mucho en las primeras carreras. Carlos Sainz tiene en sus mano un Toro Rosso poco fiable pero la ventaja de la que parece disponer sobre Daniil Kvyat debería mantener al madrileño en una buena posición de cara a su futuro en la Fórmula 1. No está tan claro el porvenir de Fernando Alonso, en claras dudas después de una mala pretemporada de McLaren, lastrada por constantes roturas y una preocupante falta de velocidad y confianza entre Honda y el equipo de Woking. Stoffel Vandoorne deberá demostrar su exquisita preparación en otros campeonatos y podría intentar superar a la sólida pareja de Sauber, siempre y cuando la mecánica le ayude a estar por delante de Marcus Ericsson y Pascal Wehrlein.
En resumen, que el talento puro debería verse a raudales durante 2017. La mayor velocidad de los monoplazas siempre ayudará a que éstos den mayor sensación de rapidez, pero está por ver si el espectáculo en pista será acorde a la etapa de la degradación constante de neumáticos. La adaptación de los pilotos también será clave, aunque hay que tener en cuenta que Albert Park suele ser un circuito poco representativo respecto a la mayoría del calendario. Si las ganas están ahí, estaremos mejor preparados ante el producto sobre cuatro ruedas que se avecina, tanto los espectadores como los actores del campeonato.