Mucho se ha escrito sobre el estado de la categoría reina de las 24 Horas de Le Mans de cara a su edición 2018. Nadie cree que se pueda plantar cara a Toyota, el único equipo oficial y el único LMP1 híbrido, con obvias ventajas técnicas por mucho que se haya intentado dar vida artificialmente a los equipos privados para que así haya pelea. Pero no deja de ser Le Mans, el escenario de las mayores derrotas jamás conocidas por uno de los grandes fabricantes mundiales y una prueba en absoluto ajena a luchas de David contra Goliat.
Toyota llega a estas 24 Horas de Le Mans 2018 sabiendo que es su única enemiga. Sin Audi ni Porsche, todo el mundo espera que gane. Y aunque fichar a Fernando Alonso es una obvia maniobra publicitaria, supone también un riesgo importante al amplificar cualquier contratiempo que pueda surgir durante el fin de semana en La Sarthe. Recordemos que el año pasado los TS050 HYBRID que hoy vemos inalcanzables para los LMP1 privados fueron batidos por un LMP2.
Hechas las necesarias advertencias, las 6 Horas de Spa no engañan. Toyota se merece el apelativo de favorita después de que los TS050 HYBRID dominaran. Y aunque cambiarán las restricciones de consumo para los LMP1 privados en Le Mans, todo hace indicar que sólo habrá carrera en caso de problemas para los coches japoneses: el objetivo es que los LMP1 híbridos puedan ir una vuelta más largos por tanque, además de la diferencia de rendimiento ya existente.
Cabe considerar también la duda de si Toyota permitirá lucha entre el #7 (Conway/López/Kobayashi) y el #8 (Alonso/Buemi/Nakajima), si optará por enfoques distintos para cada uno de ellos para así cubrirse de incidencias o si se limitarán a rodar en escuadrón. Pero una cosa debe quedarnos clara: lo que vimos en Spa quedó totalmente marcado por la exclusión del #7 en clasificación, de ahí que no deba servir de referencia de cara a Le Mans.
El equipo que parece más en disposición de suponer una amenaza real para Toyota es sin duda Rebellion. Pese al escaso tiempo de preparación del que disfrutó el equipo anglosuizo (su nuevo prototipo apenas quedó listo unos días antes del Prólogo), superaron holgadamente al resto de LMP1 privados en Spa y cuenta con una alineación que conoce como nadie la prueba: André Lotterer, Neel Jani y Bruno Senna. Quedaron excluidos en la primera cita del Mundial por un problema con los sensores FIA de su Rebellion R13 y el otro coche (Beche/Laurent/Menezes) fue más rápido en la Jornada de Test en Le Mans, pero una vez llegue la hora de la verdad es posiblemente el único coche al nivel de Toyota hombre por hombre.
El estatus de Rebellion viene en detrimento de SMP Racing. El equipo ruso había realizado la preparación más extensa de entre los equipos privados, pero los fuertes accidentes de los BR1 en Spa-Francorchamps, unidos a su escaso ritmo, obligan a rebajar las expectativas, pese a que buena parte de los focos de la prensa anglosajona estarán puestos en el #11 que Vitaly Petrov y Mikhail Aleshin compartirán con Jenson Button, que debuta así en Le Mans. Obviamente este coche debe ser la punta de lanza de BR Engineering, con menos esperanzas puestas en el #17 de Sarrazin, Isaakyan y Orudzhev o el #10 en manos de DragonSpeed. No olvidemos que este coche cuenta con el ‘lastre’ del gentleman driver Henrik Hedman junto a Ben Hanley y Renger van der Zande.
Otros tres LMP1 privados tomarán la salida de las 24 Horas de Le Mans 2018 posiblemente con el único objetivo de ver la bandera a cuadros tras haber sufrido cuantos menos contratiempos mejor. No se puede pedir mucho más a los Ginetta de Manor (Robertson/Simpson/Roussel y Rowland/Brundle/Turvey) tras haberse perdido las 6 Horas de Spa-Francorchamps por problemas de liquidez y llegar así a La Sarthe en la oscuridad más absoluta en cuanto a su estado de forma real, mientras que los precedentes de ByKolles (Webb/Dillmann/Kraihamer) en Le Mans no invitan a soñar.
Desde luego no será una pelea gloriosa entre varios fabricantes de primer nivel, pero no deja de ser Le Mans y su categoría reina. Y aunque habrá aficionados a los que le quede un regusto amargo si 2018 asiste a un paseo militar de Toyota, el tiempo terminará por barnizar esa victoria, como ha hecho con muchos otros triunfos fáciles que ahora recordamos como grandes proezas.
Foto | Toyota GAZOO Racing