No habrá parrilladas, ni hogueras durante la noche, ni tan siquiera aficionados vencidos por el sueño que son capaces de encontrar el descanso hasta en la más incómoda de las posiciones. Todo ello es una experiencia única para todos esos incondicionales al Motorsport que cada año organizan su particular peregrinación a uno de esos escenarios especiales de las carreras: Nordschleife y sus 24 Horas de Nürburgring.
La edición de este año, que estaba programada antes del verano, finalmente se salvó y se pudo recolocar el fin de semana del 24 al 27 de septiembre, siendo conscientes de que iba a ser difícil poder disputarse con público asistiendo a la carrera en las gradas o en las zonas verdes que rodean al trazado en sus 25,35 kilómetros de cuerda que suponen el trazado largo del Infierno Verde, sumado a una gran parte del Circuito GP.
“Por supuesto, todos estamos contentos entre los organizadores de poder correr la carrera este año», dijo Walter Hornung, director de carrera. “Desafortunadamente, tenemos que prescindir de nuestros fieles seguidores este año. Los extrañaremos especialmente, porque más que en cualquier otro evento de automovilismo, los espectadores de las 24 horas son parte de la experiencia”.
Este es el comunicado realista emitido por la organización de la carrera durante el día de hoy, apuntando a que se ha hecho un espectacular esfuerzo económico para por lo menos poder correr a puerta cerrada las 24 Horas de Nürburgring y que los aficionados al menos las puedan disfrutar a través de las pantallas desde sus casas. El evento generalmente atrae a más de 200.000 aficionados, algo que no ha sido posible, ni tan siquiera en un formato reducido como planean las 500 Millas de Indianápolis o las 24 Horas de Le Mans.
“Los socios hacen una contribución extremadamente importante para compensar parcialmente esto y, por lo tanto, también para garantizar la existencia de la carrera. Estamos muy agradecidos por esto”. En junio, Alemania extendió su prohibición de grandes eventos hasta finales de octubre que incluyó la cancelación de Oktoberfest y que seguramente también afectará al Rallye de Alemania, el cual se podría celebrar íntegramente en la zona militar del Baumholder.