La temporada 1983 será recordada por la victoria de Hannu Mikkola en el Rally de Argentina, la cual le daría a la postre su primer título mundial de pilotos, el único que conseguiría en su larguísima carrera deportiva. Y es que hasta ese momento Lancia mantenía una importante ventaja en la clasificación del campeonato (y Röhrl en el de pilotos), pero con cuatro Audi Quattro A2 copando las primeras plazas y sólo el 037 de Alén en quinta plaza, a más de media hora, el campeonato daba un vuelco.
No sin sustos. Aquella edición de la prueba argentina celebrada en Bariloche estuvo plagada de problemas mecánicos en el Audi de Mikkola, especialmente de frenos y algún que otro pinchazo. Tanto, que Audi Sport tuvo que emplear ordenes de equipo para alejar a Stig Blomqvist de la victoria y que Hannu asegurara el título a su tierna edad de 41 años.
El piloto sueco al menos tiene de qué presumir, ha sido el piloto que ha logrado la mayor velocidad media en un tramo del Mundial. Fue precisamente en esa edición del Rally de Argentina, concretamente en la primera especial, la que unía Fray Luis Beltrán y Valle Azul con casi 90 kilómetros de recorrido entre los 1.362 km de los que se componía la distancia total cronometrada. Allí, algunos pilotos que salían muy atrás, como Di Palma que llevaba el quinto Audi oficial (en este caso alquilado), tuvieron incluso la posibilidad de superar a 27 pilotos en tramo.
A 189,53 km/h, esa es la marca oficial que estableció Blomqvist en un record que perdura hasta la actualidad (en Suecia Ott Tänak realizó una media de 137,80 km/h en el TC9 lo cual llevó a la FIA a recomendar que se cancelara la segunda pasada). Los rallyes nunca habían sido tan rápidos ni se había ido tan a fondo. Imaginaros las velocidades puntas a las que se fueron y el tipo de condiciones que habría para lograr una media tan espectacular incluso partiendo de parado.
Apenas con tres o cuatro curvas, dicha especial se realizaba con ‘hierro a fondo y fe en Dios’, más en el caso de Stig, que debía confiar en las notas de Mikkola ya que él no había podido realizar los reconocimientos. A pesar de ello, a Hannu le cayó medio minuto de desventaja con su compañero de Audi, posiblemente porque prefería no asumir grandes riesgos y empezar de forma gradual, mientras que Blomqvist no tenía nada que perder.
Audi mostraba sus garras nada más comenzar aquel regreso de Argentina a la competición internacional, todo ello a pesar de que muchos daban como favorita la velocidad y ligereza del Lancia 037 por delante de la tracción del Quattro A2. El rally fue mutando y según se dejaba de lado la pampa para empezar a escalar, la aparición de la lluvia primero y de la nieve después (recordemos que estamos hablando de pleno mes de agosto en el hemisferio sur, por tanto, invierno) marcaban la carrera, dejando que los modelos tracción total de la firma germana vapulearan al resto, con Mehta y Mouton acompañando a Blomvist y Mikkola. Podían haber sido cinco si el local Luis Di Palma no hubiera sufrido un fuerte accidente durante la segunda etapa.
Gracias a Fer Velilla y Carlos Barazal por la ayuda en la parte bibliográfica de este artículo.