El circuito semiurbano Moulay El Hassan será el escenario este fin de semana del estreno del WTCR 2018. Costará adaptarnos a no llamarlo WTCC o Mundial de Turismos, pero es evidente que esta Copa del Mundo de Turismos no deja de ser heredera tanto del certamen organizado por Eurosport Events como de las TCR International Series que han rivalizado con él durante las tres últimas temporadas. Los 24 coches de su parrilla auguran un buen estado de salud al ‘recién nacido’ que sin embargo se enfrenta a una serie de obstáculos que salvar desde el primer minuto.
Desde luego el matrimonio de conveniencia entre los archienemigos Marcello Lotti y François Ribeiro ha dado estabilidad al campeonato. Los costes son menores y los TCR tienen una salida en el mercado de la que los TC1 empleados hasta la temporada pasada carecían. Además la parrilla presenta un aspecto mucho más variado sin que un fabricante pueda llegar a avasallar como ocurrió con Citroën entre 2014 y 2016. El punto de partida desde luego parece ideal.
Además la lista de inscrita presenta nombres míticos que evocan carreras de turismos de las de verdad: Gabriele Tarquini, Yvan Muller, James Thompson, Rob Huff, Tom Coronel, Fabrizio Giovinardi… Ahora bien, es un arma de doble filo. No podemos perder de vista que se trata de una gran cantidad de veteranos y que ver a pilotos de 56 años como Tarquini ganar y ser muy competitivos en un certamen de ámbito global no tiene por qué darle credibilidad al mismo. El WTCR necesita como el comer que sus jóvenes figuras despunten. Ya se les escapó José María López y no han podido retener a Stefano Comini. Cierto, estarán los últimos campeones de WTCC (Thed Björk) y TCR International Series (Jean-Karl Vernay), pero la regeneración tiene que ser rápida para asegurar la continuidad del campeonato.
Otro problema al que se enfrenta este WTCR es su caótico formato. Pasamos de dos a tres carreras, lo cual no tiene por qué ser malo visto el éxito que tiene el BTCC. Pero cada una de ellas tendrá una puntuación distinta (de 27 a 2 en la primera, de 25 a 1 en la segunda y de 30 a 1 en la tercera) y de las dos sesiones de clasificación sólo la del domingo otorgará puntos. Más vale que la realización televisiva nos vaya informando correctamente de cómo va la clasificación general en las últimas citas o no nos enteraremos de gran cosa…
Y el principal sin duda alguna es la Balance of Performance. Sin equipos de fábrica lo lógico es que no se levante tanta polvareda, pero no es necesario escarbar mucho para recordar cómo el WTCC ya se plagó de quejas en tiempo del Bureau Técnico, de los tracción trasera de BMW frente al resto o de los turbodiésel de SEAT dominando la parrilla. ¿Serán capaces todos aquellos procedentes del WTCC de aceptar la realidad del reglamento TCR?
En todo caso todo ello se refiere a los intereses generales del campeonato. Lo primordial es que las carreras sean entretenidas de ver. Y con menos peso aerodinámico que los TC1 y una parrilla trufada de pilotos de renombre ello parece garantizado. Además el campeonato mantendrá una amplia cobertura en Eurosport y se podrá seguir en sus jornadas de sábado a través de internet (en la web del patrocinador principal Oscaro en España). Ingredientes suficientes como para darle una oportunidad.
Foto | FIA WTCR – Paulo Maria – DPPI