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A 'taserazo' limpio: cuando te dejas el cerebro en casa y generas el caos en un circuito

En el mundo de la restauración, hay un tipo de servicio especial al que se le suele llamar “cena y espectáculo» el cual consiste en ofrecer al cliente una actuación musical en directo, humor o incluso una obra teatral mientras disfruta de los platos que les van sirviendo. En Estados Unidos podríamos decir que hay una variante especial de este tipo de espectáculo y es en esas carreras en las que además de la adrenalina de la competición sobre cuatro ruedas también nos encontramos con una velada de boxeo en toda regla.

Hace ya unas semanas, Eloy se hacía eco del sentido del espectáculo que tenían los dirigentes de la NASCAR con su particular ‘top’ con las peleas más destacadas que se han desarrollado en el entorno de sus circuitos durante los últimos años. Y es que en Estados Unidos este tipo de situaciones no son tan excepcionales y si bajamos a categorías inferiores nos encontramos en ocasiones batallas incluso más barriobajeras, con situaciones tan rocambolescas como las que pudimos ver hace unas semanas en una de las pruebas regionales del Figure 8, o lo que es lo mismo, esas carreras que se disputan en circuitos con forma de ocho en la que los participantes pueden chocar cuando atraviesa la parte central de la pista.

Corría mediados del mes de octubre cuando en el Anderson Speedway, Jeffrey Swinford y Shawn Cullen decidieron zanjar en la pista las rencillas personales que ambos traían de atrás. Un contacto entre ambos después de una resalida sería el detonante para una pelea que terminó con una explosión de ira de Swinford, el cual no dudó en utilizar su coche de competición como ariete para terminar literalmente sobre el capó de la montura de su rival. El lamentable espectáculo acababa de empezar.

Cullen se bajó del coche y se dirigió directamente a buscar al Cullen con el que se enzarzó en una pelea injusta ya que su rival, todavía dentro del coche, no tenía opción de escapar. Casi como si se tratara de un guion de la WWE, uno de los pilotos se cebaba con el otro bajo los inmóviles comisarios allí presentes. Terminaría apareciendo un policía que haría uso del taser para inmovilizar al rabioso Shawn. Este intercambio de más que palabras terminó con ambos arrestados y con Swinford baneado de por vida de la competición en el Anderson Sppedway por haber utilizar su coche como arma. De locos…

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Iván Fernández

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