Estamos a poco más de cuatro meses para el comienzo de una nueva temporada del Mundial de Resistencia y con la disputa de las 8 Horas de Bahréin el fin de semana del 13-14 de noviembre habremos llegado al final de una era. Los LMP1-H se despedirán de la competición, y mientras que los prototipos térmicos aparentemente seguirán compitiendo una temporada más, a través de equipo como el de Alpine Signatech, se abrirá un capítulo nuevo con los denominados Le Mans Hypercars y su convergencia con los LMDh.
La llegada de los LMH obligará a ciertos ajustes técnicos y decisiones a tomar por parte del ACO, comenzando por el equilibrio entre los LMP1 que compitan y los nuevos coches de la categoría reina. Sin embargo, el resto de categorías también se verán afectadas, comenzando por los LMP2, los cuales ya han confirmado que tendrán que reducir su potencia para poder situarse en un escalón por debajo de los Hypercars.
Por lo tanto, los LMP2 de 2021 perderán 40 caballos de potencia en comparación con los actuales, algo que no se aplicará únicamente al WEC, sino que también afectará al resto de campeonatos en los que compiten estos prototipos, entre los que se encuentran las European Le Mans Series, Asian Le Mans Series e IMSA. De esta forma, se espera que el motor Gibson baje de los 600 CV que ronda actualmente, a los 560 CV, reduciendo el consumo y al parecer también afectando positivamente en lo referente a la reducción de costes.
Será también una etapa de transición, ya que se estima que la nueva generación de LMP2 debería llegar de cara a la temporada 2023, cuando ya se encuentren bien establecidos los LMH y LMDh y se tenga una imagen real de sus rendimientos. Obviamente, la nueva normativa debería ir dirigida a una reducción muy clara del coste de los vehículos, teniendo especialmente en cuenta que estamos hablando de la segunda categoría dentro de la resistencia.